San José. – Chile cosechó una honda división social y política tras su paso ayer por las urnas en un histórico plebiscito constitucional, rechazó la propuesta de texto de y encaminó a una mayoría de los 15 millones 173 mil 929 electores chilenos a seguir el consejo de un añejo refrán: “Más vale malo conocido… que bueno por conocer”. 

Con el triunfo del Rechazo, Chile seguirá gobernado por la Constitución Política que entró a regir en forma transitoria en 1980 y con validez total en 1990 y que recibió de la dictadura militar derechista que, encabezada por el general Augusto Pinochet (1915—2006), gobernó de 1973 a 1990 con apoyo de Estados Unidos en un vecindario—Argentina, Bolivia, Uruguay, Brasil y Paraguay—de regímenes castrenses de derecha. 

En un país que llegó ayer al cruce político de romper para siempre con el pasado y despojarse del andamio institucional que Pinochet legó o seguir bajo las normas de 1980 y 1990 diseñadas por el régimen militar y solo remendar o reformar el texto constitucional con más de 42 años en vigor, otro refrán retumbó en el bando derrotado: “Hierba mala… nunca muere”. 

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A más de 15 años de su deceso, más de 32 de que aceptó entregar el poder para el retorno de la democracia y más de 42 de su herencia constitucional, las secuelas de Pinochet siguen gravitando en la política chilena. 

Por eso, el movimiento del Apruebo admitió que “estamos impactados” por el fracaso en una consulta que concibió como sólido y decisivo instrumento para ratificar por decisión popular el despegue de Chile hacia un nuevo (y distinto) futuro. 

“Acá no se termina ningún proceso, la lucha continúa”, tuiteó la diputada comunista chilena Lorena Pizarro, del bloque perdedor y presidenta de la (no estatal) Agrupación de Familiares de Detenidas y Detenidos Desaparecidos (AFDD). 

Al anunciar que la batalla “jamás” se detiene, planteó que “debemos aprender de este proceso, sacar lecciones, no solo salir a la calle, sino que ser la calle. El pueblo decidió otra Constitución y seguiremos jugándonos por aquello”. 

“Estamos contentos”, contrastó la chilena Bárbara Rebolledo, vocera de la Franja por el Rechazo y ex integrante de la Convención Constitucional que, electa por voto popular en mayo de 2021, redactó el texto rechazado. 

“Lo que más nos alegra es que Chile va a tener una buena Constitución y nos pondremos a trabajar por eso. La invitación es a construir una Constitución que sea la casa de todos. Espero que el Gobierno impulse un nuevo trabajo convencional, y entregue propuestas para incorporar a todos”, aseguró. 

Con la victoria del Rechazo, el panorama quedó expuesto a que, con todas las alabanzas y los reproches que acumula, la Constitución solo pueda ser modificada por partes o mediante una nueva vía constituyente. 

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