A sólo un poco más de mil kilómetros, Japón percibe la amenaza nuclear de Corea del Norte como un mal recuerdo que cada día parecería hacerse más real. La continua escalada de desafíos verbales entre el dictador norcoreano, Kim Jong-un , y Donald Trump instaló nuevamente en el centro del debate en Tokio la discusión sobre la reforma de la Constitución pacifista.

Luego de la Segunda Guerra Mundial , y tras la rendición japonesa después de sufrir el impacto de dos bombas atómicas lanzadas por Estados Unidos, Japón se vio obligado por los norteamericanos a cambiar su Constitución y prohibir por ley el ejército imperial.

"El pueblo japonés renuncia para siempre a la guerra como un derecho soberano. Nunca podrán mantenerse fuerzas de tierra, mar y aire, así como cualquier otra con potencial bélico", dice el artículo 9 de la Carta Magna .

Con la llegada al poder de Shinzo Abe , en 2012, la idea de cambiar la Constitución se hizo más latente, aunque el primer ministro conservador nunca tuvo el apoyo popular para lograrlo.

"Abe es un hombre patriota, algunos dirían que es un nacionalista, y él siempre estuvo interesando en reformar la Constitución , especialmente en modificar el artículo 9. Al final de la guerra, cuando Japón fue derrotado, tal vez tenía sentido que la Constitución prohibiera una fuerza militar. Pero ahora no tiene sentido, principalmente porque las fuerzas militares japonesas existen. Se podría decir que Japón está violando su propia Constitución", explica Scott Seaman, analista sobre Asia de Eurasia Group.

En 1954, Japón fundó las Fuerzas de Autodefensa . A diferencia de las clásicas instituciones militares, el organismo de defensa japonés se encuentra bajo control civil y los soldados son juzgados por el tribunal civil, no existe un código militar específico.

"Si Japón entra en guerra con Corea del Norte y si el personal militar japonés aplicara la fuerza terminal, lo que supuestamente haría porque se trata de soldados, éstos no estarían protegidos por la Convención de Ginebra , porque técnicamente, según su Constitución, no son soldados. Corea del Norte podría argumentar que esos japoneses cometieron asesinatos", adhiere Seaman.

Para proveer un marco legal a sus soldados , los japoneses están un poco más abiertos a modificar la Constitución , aunque sólo aceptarían agregarle texto al artículo 9, sin tocar una coma de lo que ya está redactado. "A los japoneses no les gustan los cambios, quieren estabilidad. Entonces es difícil persuadirlos de cambiar la Constitución. Además tienen el legado de la guerra: la derrota fue bastante fuerte para persuadir a la gente con la idea de que si seguían en el mismo camino iban a terminar en otro verdadero desastre", comenta Daniel Sneider, de la Universidad de Stanford.

Pero mientras la mayoría de los japoneses rechaza cualquier tipo de confrontación militar , los conservadores consideran el artículo 9 una humillación impuesta por Estados Unidos. Asimismo argumentan que es contradictorio tener una fuerza armada que la Constitución no reconoce.

"Históricamente, los gobiernos reinterpretaron la Carta Magna para decir que Japón puede tener fuerzas militares, pero que tienen un rol defensivo y no capacidad para atacar. Por eso Abe preferiría tener una Constitución que reconociera abiertamente el derecho de Japón a defenderse, a tener una fuerza armada y a participar en misiones militares conjuntas. En 2015 promulgó ciertas normas que les permitieron a las Fuerzas de Autodefensa participar en el exterior; eso fue una especia de sustituto de la revisión de la Constitución, ya que la reforma no era viable políticamente en su momento", señala Steven Vogel, de la Universidad de California, en Berkeley.

Japón, además, es aliado y depende de Estados Unidos para proteger su frontera desde hace 70 años.

"Están acostumbrados a esta estructura y les funcionó muy bien; no hay argumento para cambiar. Lo único que podría hacer ese cambio es que colapsara la alianza con Estados Unidos y que sintieran que no es más un aliado confiable que está dispuesto a defenderlos. Si bien esos sentimientos están creciendo gracias al actual presidente norteamericano, espero que no se llegue a tanto", concluye Sneider.

UNA PODEROSA ALIANZA MILITAR

Japón

y Estados Unidos mantienen desde hace 70 años un tratado de seguridad, en el cual los norteamericanos utilizan sus capacidades militares para proteger la isla. Sin embargo, el avance nuclear de Corea del Norte y las continuas amenazas de Donald Trump pueden hacer peligrar la alianza.

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