Madrid.— Un juzgado de Alemania descartó ayer extraditar a España al líder catalán Carles Puigdemont por una acusación de rebelión. Los jueces decidieron que sólo sería posible hacerlo por malversación, un delito menor, y por ello decretaron su libertad bajo fianza.

La Audiencia Territorial de Schleswig-Holstein, un estado del norte de Alemania, seguirá estudiando si entrega a Puigdemont por corrupción o uso fraudulento de fondos públicos; sin embargo, considera que es “inadmisible” hacerlo por rebelión.

Aunque el tribunal afirma que el peligro de fuga sigue siendo alto, conociendo los antecedentes de Puigdemont (que huyó de España a Bélgica tras declarar la independencia de Cataluña el pasado 27 de octubre), considera que la cárcel provisional sería desproporcionada para un delito de malversación. Por ello, hasta que resuelva esa extradición por malversación, ordenó la libertad del político previo pago de una fianza de 75 mil euros.

La Audiencia apunta que, “por motivos jurídicos” no puede aceptar una extradición por rebelión, puesto que “los actos que se le imputan [en España] no serían punibles en Alemania según la legislación vigente aquí”. Los jueces consideran que el delito que podría ser equivalente, el de “alta traición”, no es aplicable porque el caso de Puigdemont no cumple el requisito de haber obrado con violencia “para doblegar a las instituciones”.

A pesar de esto, la Audiencia no da la razón a Puigdemont en su reclamo de estar sufriendo una persecución política, y asegura que su decisión es puramente técnica y no un amparo al político, que lleva cinco meses huyendo de la justicia por Europa.

Puigdemont fue detenido el 25 de marzo en territorio alemán cuando huía desde Finlandia a Bélgica después de que se decretara una orden internacional de detención contra él. Las fuerzas de seguridad españolas habían seguido al líder catalán mediante un radar instalado en su coche, y decidieron solicitar su detención a Alemania por considerar que era el país con el que las relaciones judiciales y políticas eran mejores y existirían más posibilidades de que Puigdemont fuese extraditado.

El ex presidente catalán celebró en Twitter la decisión de la Justicia alemana. “Nos vemos mañana [por hoy, viernes]. ¡Muchas gracias a todos!”.

La decisión del juez de ayer es un duro golpe tanto para los jueces como para la diplomacia española en su intento por desactivar internacionalmente los apoyos del independentismo catalán. El gobierno español declaró ayer que no comentará una decisión judicial y que “las respeta siempre; cuando le gustan y cuando no”.

La política española está detenida a la espera de la resolución del problema catalán, y el presidente español, Mariano Rajoy, ve cómo puede hundirse todo su mandato en mitad de la parálisis institucional propiciada por la imposibilidad de cerrar pactos con partidos nacionalistas. Cataluña sigue sin presidente desde que Rajoy depuso su gobierno el mismo 27 de octubre y suspendió la autonomía de la comunidad. Las elecciones que se celebraron en diciembre aún no han servido para elegir un nuevo presidente, debido a que los principales líderes independentistas están encarcelados o fugados.

Si no se elige un presidente antes del 22 de mayo, se repetirán las elecciones. Mientras, el parlamento español está también detenido porque Rajoy no logra aprobar sus presupuestos sin el apoyo de los nacionalistas vascos, que se solidarizan con los catalanes y exigen que se les devuelva la autonomía.

Los políticos independentistas celebraron ayer la orden de liberar a Puigdemont. El presidente del Parlamento catalán, Roger Torrent, tuiteó: “Una muy buena noticia. Siempre lo hemos dicho: nunca ha habido violencia. El delito de rebelión es totalmente infundado. Hay que acabar ya esta persecución política a base de un relato completamente falso”.

En Bélgica, en tanto, fueron puestos en libertad condicional tres ex ministros regionales catalanes por los que España emitió órdenes de detención europea.

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