Para la cena de fin de año a Rodrigo sólo le alcanzó para medio pollo rostizado, pues el Covid-19 lo dejó sin trabajo y aunque intentó emprender un negocio de papas y plátanos fritos afuera de su casa en , no le fue bien, pues nadie le compró.

No hubo regalos para sus dos hijos ni para su esposa; para el día 31 estaba quebrado, luego de entregar la cena, se subió a la azotea de su casa y se suicidó.

Según los reportes de incidencias de la Fiscalía General de Justicia (FGJ-CDMX), al igual que Rodrigo, otras 15 personas —en las que sólo se contabilizaron tres mujeres— se quitaron la vida entre el 30, 31 de diciembre y el 1 de enero.

Especialistas comentan que esas personas decidieron no enfrentar el complicado año venidero, ya que, según lo narrado por los familiares de las víctimas, todos atravesaban una etapa de depresión o se habían quedado sin trabajo.

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Con base en los datos exhibidos en el portal Datos Abiertos, Ciudad de México, de la dependencia investigadora, el promedio de personas que se quitan la vida durante estas fechas fue superado en este 2020 hasta 20%, pues en ese periodo se contabilizaban hasta 10 eventos por las mismas causas en el mismo lapso, es decir, los días 30 y 31 de diciembre, siguiendo la tendencia hasta el 1 de enero.

A decir de sociólogos y sicólogos, la cifra de personas que optan por quitarse la vida podría incrementarse este año. La causa, la crisis económica, el encierro provocado por la pandemia y la falta de empleo.

Todos esos factores se convierten en el detonante ideal para que aquellas personas que padecen alguna suerte de depresión opten por la llamada “puerta falsa”, en caso de no recibir ayuda a tiempo o que incluso sus familiares y las autoridades desconozcan lo que están padeciendo en su interior.

“Es un tema de salud pública, tristemente en el país el tema de la depresión no se toma en serio y aunque hay instancias y organismos que ayudan y orientan vía telefónica sobre este padecimiento, muy poca gente los utiliza. [Además], está el otro tema, que en otro sector de la sociedad no tienen esa accesibilidad, entonces es cuando optan por la decisión más extrema.

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“El problema de no atenderse a tiempo es que algunas personas que padecen problemas de depresión, en algunos casos, lo externan de manera violenta a los primeros y únicos que tienen en casa, que son la pareja y los hijos, de ahí también el incremento de la violencia familiar, suicidios o incluso homicidios de sus seres queridos, tal como ese espeluznante caso que sucedió hace unos días en Hidalgo”, asegura Renata Henestrosa, sicóloga de la UNAM.

Al caso de Rodrigo se unieron los expedientes de Armando, de 40 años, en Iztapalapa; el de Joaquín, de 45, en Milpa Alta; Ramiro, en Xochimilco; Juana Alicia, en Magdalena Contreras; Martín y Jesús, en Cuauhtémoc, y Mariana, en Benito Juárez, quienes por diversas causas se quitaron la vida la noche del 30 de diciembre, luego de discutir con sus familiares o tras ingerir bebidas alcohólicas previo a las celebraciones de fin de año.

A los casos que se asentaron en diversas carpetas de investigación bajo el delito de “homicidio culposo por otras causas” el 31 de diciembre, se sumaron los de Violeta, Alfredo, Fredy y Brandon, en Iztapalapa, y los de Francisco, Édgar y Gerardo, en Milpa Alta, Gustavo A. Madero e Iztacalco, sólo por mencionar algunos de los capitalinos que se quitaron la vida. Sólo en tres casos, las víctimas dejaron una carta póstuma, el resto simplemente dijo adiós.