El , que se ubica en Insurgentes Norte, actualmente se encuentra abandonado, con las estatuas rotas y sus muros están grafiteados.

El lugar fue erigido entre 1930 y 1940, y su creación se debe a la colaboración del ingeniero Francisco Borbolla junto al arquitecto y escultor Luis Lelo de Larrea.

En un recorrido realizado por EL UNIVERSAL se constató que faltan las dos puertas de hierro que solían estar a la entrada, los cuatro lados de la estructura tienen grafitis, la basura se acumula dentro y fuera de la misma y el basamento de concreto está destruido.

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A pesar de los visibles daños al monumento, autoridades capitalinas se han deslindado de su mantenimiento. Foto: Berenice Fregoso / El Universal
A pesar de los visibles daños al monumento, autoridades capitalinas se han deslindado de su mantenimiento. Foto: Berenice Fregoso / El Universal

La estatua del Águila Juarista de la cima de la pirámide se encuentra vandalizada y la serpiente sin cabeza, a los cuatro costados de la pirámide; tanto al interior como al exterior hay fugas de agua, las estatuas que solían representar la unión entre las razas americanas y europeas están incompletas y las cabezas de Quetzalcóatl, que custodian las escaleras, prácticamente están destruidas.

La flora y fauna también han hecho estragos en el lugar, en varios puntos ha crecido maleza e incluso ramas saliendo de las estatuas, y en las inmediaciones del monumento viven al menos 20 gatos.

Juan Carlos, habitante de la zona y trabajador del hospital La Raza, va mínimo tres veces a la semana a este lugar para alimentar a estos animales desde hace 15 años y asegura haber visto el deterioro progresivo del monumento.

“Es icónico porque tiene como 80 años, pero nadie le mete dinero y nadie se quiere hacer cargo de él, porque mientras no sea para cosas electorales o que le sirvan a la ciudadanía, pues lo descuidan, y míralo cómo está hoy”, dijo.

A pesar de los visibles daños al monumento, autoridades capitalinas se han deslindado de su mantenimiento. Foto: Berenice Fregoso / El Universal
A pesar de los visibles daños al monumento, autoridades capitalinas se han deslindado de su mantenimiento. Foto: Berenice Fregoso / El Universal

Juan Carlos recordó que hace algunos años los niños de la zona jugaban en el lugar, las fuentes funcionaban diario e incluso había una caseta y un policía vigilante. Ahora se ha convertido en refugio para personas en situación de calle.

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El UNIVERSAL buscó a las secretarías de Obras y de Cultura, así como a la alcaldía Cuauhtémoc; dijeron que no les correspondía el cuidado. En un documento enviado al Congreso capitalino, tras un exhorto, dicha demarcación respondió que solicitará recursos adicionales para darle mantenimiento en 2024 y hará lo conducente para que sea reconocido como patrimonio cultural de la Ciudad.

La diputada del PAN Gabriela Salido pidió declarar el lugar como patrimonio cultural y exhortó a las autoridades a prever en sus presupuestos para 2024 los recursos necesarios para el mantenimiento del monumento.

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