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Más de mil internos del Reclusorio Varonil Oriente participaron en la misa, como parte de las festividades del próximo 12 de diciembre, día de la Virgen de Guadalupe; en una ceremonia oficiada por el cardenal Carlos Aguiar Retes los convictos escucharon el mensaje del prelado, quien los conminó a dejar su pasado atrás y empezar de nuevo esta Navidad.

Los fieles esperaron poco más de una hora bajo el sol que caía a plomo sobre ellos. Desde las 11:00 horas estaban expectantes por la llegada del religioso; algunos preparaban los cánticos, otros más recordaban la liturgia y el resto traía imágenes de la Virgen Morena para que fuera bendecida por el clérigo.

Fotografías, pinturas, esculturas en madera, piezas bajorrelieve, algunas plasmadas bajo resina epóxica, rosarios y escapularios fueron algunos de los objetos que los convictos le presentaron al cardenal para que los bendijera, al tiempo que ellos recibían palabras de aliento.

Más de uno no pudo contener el llanto. Otros, mientras el prelado caminaba por el pasillo hacia el punto donde oficiaría la misa, estiraban sus manos para tocarlo y sentirse bendecidos; monseñor Carlos Aguiar Retes correspondía al llamado de los internos, lo que desató el aplauso de todos los presentes.

“Esta virgencita se la hice a mi jefecita aquí adentro. Me dieron cinco años y no pude estar en su funeral, pero sé que desde el cielo las dos me cuidan, por eso les agradezco. Aquí uno paga sus culpas, creo que hasta demás, pero ni modo, nos equivocamos y estas son las consecuencias, sólo nos queda pagar y arrepentirnos como dice la Biblia.

“Que venga el cardenal a vernos es buena señal, aquí estamos todos olvidados y esto nos dice que Dios no deja a sus hijos. Así lo dice la palabra de Dios, todos somos sus hijos, no todos perfectos, algunos cometemos más errores que otros, pero él no olvida”, comenta Arturo Velázquez, recluido desde 2016 por el delito de robo a mano armada.

Hubo miradas de arrepentimiento y ojos cristalizados por las palabras del prelado: “A pesar de estar aquí por una conducta errónea, siguen siendo hijos de Dios. Hay que reconocer nuestras conductas fallidas y compartir eso con los demás, de lo contrario, nos seguiremos hundiendo.

“Reconozcan el pasado, pero miren hacia el futuro”, dijo el cardenal Aguiar Retes.

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