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Internos del penal estatal Sergio García Ramírez, popularmente conocido como Chiconautla, realizaron un motín, la mañana de ayer, en el que resultaron heridas tres personas, entre ellos dos reclusos y un custodio, por lo que tuvieron que intervenir más de 600 elementos de la Secretaría de Seguridad estatal para controlar la situación.

Según las autoridades del Estado de México, la sublevación se presentó porque algunos de los presos intentaron agredir a uno de los reclusos, Luis “N”, alias El Tatos, quien había sido trasladado del reclusorio Neza-Bordo y es señalado por torturar a sus compañeros para extorsionarlos, como se difundió en redes sociales la semana pasada.

“Se presenta el incidente porque [el domingo] trasladamos a nueve personas privadas de la libertad a otros penales del Estado de México, éstas tenían cierta afinidad con El Tatos, al enterarse la población que éste estaba vulnerable tratan de agredirlo y se presenta una riña, no habiéndolo logrado, fue el deseo de cobrar venganza”, explicó Luis Arias González, director general de Prevención y Reinserción Social del gobierno mexiquense.

Los hechos ocurrieron antes de las 8 de la mañana en las instalaciones del centro penitenciario en el que los presos quemaron el taller de carpintería donde había madera, plástico y otros materiales flamables que fueron consumidos por las llamas.

Desde varios puntos de la zona nororiente del Valle de México observó una columna de humo negro que se mantuvo durante más de tres horas, lo que alarmó a los vecinos de las comunidades cercanas y a los familiares de los internos, por lo que cientos llegaron al sitio para saber el estado de salud de sus parientes.

Mientras los familiares de los presos esperaban información oficial, al lugar llegaron decenas de policías antimotines quienes ingresaron para controlar la rebelión que se generó en algunas áreas de la cárcel.

Desde el exterior se escucharon detonaciones producidas por las armas de gas lacrimógeno de los oficiales y según los familiares, también de pistolas de los policías.

La mayoría de los familiares que se concentraron afuera del penal eran mujeres, algunas sufrieron crisis nerviosas, otras se abalanzaron a la entrada principal y trataron de ingresar por la fuerza al reclusorio.

“Desde que llegó El Tatos a este penal se incrementó la violencia en el interior porque ese sujeto ya había hecho otras cosas iguales en Neza, por eso exigimos a las autoridades que reubiquen a ese tipo a otro lugar porque sólo vino a causar problemas”, denunció una de los familiares que protestó en el exterior.

Según los testimonios de los familiares, los problemas en el interior del centro de reclusión iniciaron la noche del domingo cuando El Tatos y sus cómplices les exigieron 500 pesos a los demás presos para que no les hicieran daño.

La molestia de los parientes de los presos se incrementó porque algunos de ellos subieron al tiradero de Chiconautla desde donde observaron cómo los presos eran sometidos por los policías y custodios en el patio principal del penal.

Luis Arias, confirmó que El Tatos no resultó lesionado durante la riña y después se ocuparán de su caso.

Por la tarde, familiares de los internos lanzaron piedras contra un grupo de policías estatales.

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