En aparente estado etílico y enfurecido, Guillermo roció con diésel el cuerpo de su esposa para quemarla viva.

Él, de 60 años y ella, de 23, discutieron ayer por la mañana y los gritos alertaron a los habitantes del pueblo de San Martín Cuautlalpan, en el municipio de Chalco.

Pero a pesar de que la mujer pedía ayuda, nadie pudo evitar que el agresor le arrojara el combustible y le prendiera fuego.

En llamas, la víctima salió de su domicilio, ubicado en la calle Nezahualcóyotl y corrió hacia la casa de su madre.

Al verla, pidió auxilio de paramédicos y policías. Los primeros trasladaron a la mujer a un hospital.

Las quemaduras en el rostro, brazos y torso la mantienen grave en una cama de un nosocomio.

A pesar de que el agresor permaneció oculto dentro de su casa, la policía no logró detenerlo, pero cuando intentaron hacerlo ya había escapado.

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