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Jardines del Recuerdo, el cementerio privado más grande de América Latina, recibió la visita de más de 50 mil personas que acudieron a la llamada Acrópolis del Siglo XXI a visitar a sus seres querido fallecidos.

La parca mariachi recibió a los visitantes ofreciendo tocar la música que más gustaba a los muertos, que este día regresaron a convivir con sus madres, hijos, nietos, padres y hermanos, quienes llenaron de color sus tumbas.

Las familias llegaron con flores, frutas, globos, comida y bebidas a acompañar a sus difuntos en su regreso del más allá. Alrededor de sus tumbas colocaron sombrillas, lonas y sillas para entablar conversaciones e incluso dormir con quienes aún forman parte de sus vidas.

Cervezas, 15 candelabros, faroles, guirnaldas de flores y frutas; así como tostadas, pan de muerto y frituras formaron parte de la decoración de los sepulcros. En otras, numerosas familias cantaron canciones de José Alfredo Jiménez, música que salía de celulares conectados a bocinas.

La administración del lugar reportó la asistencia de más de 50 mil personas a la también llamada ciudad de los muertos o Acrópolis del siglo XXI, diseñada para albergar a 4 millones de difuntos.

Al interior se instaló un campamento de paramédicos que brindó atención y primeros auxilios a visitantes que sufrieron de insolación, desmayos y baja de niveles de presión y glucosa.

Ubicado en al norte de la Ciudad de México, las avenidas Reyes Heroles y San Rafael resultaron insuficientes para los miles de vehículos,. debido a que al interior del cementerio de 30 jardines funerarios no se permitió el estacionamiento de las automotores particulares.

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