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Los edificios construidos hace más de 30 años, siendo mayoría en la Ciudad de México, son un peligro ante los sismos y es necesario reforzarlos, afirmó Iván Salcido Macías, arquitecto y escritor que se ha dedicado a documentar los terremotos de 1985 y de 2017.

En entrevista con EL UNIVERSAL, Salcido Macías, quien presenta hoy su nuevo libro El terremoto de 2017, 19 de septiembre negro, en el Museo de Arte Popular, explicó que en el sismo del 85 se observó que las especificaciones del reglamento de construcción quedaron rebasadas ante la fuerza tan abrumadora del temblor y aunque el del año pasado también afectó muchos inmuebles, los más vulnerables los que se edificaron hace más de 30 años.

Destacó que en el terremoto de 2017 hubo pocos casos de construcciones nuevas con afectaciones severas y sólo dos colapsaron, pero “el gran riesgo son los edificios construidos antes del 85, que además son la mayoría de los que hay en la Ciudad.

“La gran lección es que todas esas construcciones que tienen más de 30 años representan un peligro ante los sismos, lo que habría que hacer es actualizarlos, reforzarlos, para que cumplan con el reglamento actual, pero ¿quién va a pagarlo?, ¿cómo le van a hacer?, porque miles de edificios tienen esas características” afirmó que ese es el problema a tratar.

Corrupción. El escritor de El terremoto de 1985, 25 años en nuestra memoria y El terremoto de 1985, 30 años en nuestra memoria, resaltó que en ese sismo se habló de la corrupción que hubo por parte de las constructoras, pues no cumplían con la normativa estipulada, aseguró que el año pasado ese no fue el factor principal de los derrumbes, aunque sí hubieron casos de edificios que se cayeron a pesar de supuesto apego a la ley.

Aunque el reglamento establece una mejor edificación de los inmuebles y de que las construcciones nuevas lograron resistir, Salcido Macías advirtió que los mexicanos “seguimos siendo vulnerables”.

Mencionó también que otro de los factores que causó las caídas de edificios fue que las personas modifican los departamentos, porque quitan muros para agrandar una habitación, pero no consultan a especialistas y eso termina debilitando el edificio.

Respecto al factor humano, Salcido Macías destacó que se vio una gran diferencia en la preparación de los mexicanos ante un evento de esa magnitud, “porque la respuesta fue más rápida que en el 85, aunque no estamos en el ideal”.

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