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Raúl ha sido víctima de la delincuencia y el desorden que se vive a diario en la Línea 1 del Metrobús, en un mes dos veces le robaron el teléfono celular. Acusa que en el tumulto por lo menos cinco personas los arrinconaron y al bajarse del camión lo “bolsearon”, pidió auxilio al policía de la estación Corregidora y sólo recibió regaños, pues el oficial argumentó que es imposible detener a todos.

A Paula le han arrebatado una bolsa, una cadena de oro y un celular en tres meses en la misma estación; su historia es similar, entre empujones los delincuentes aprovechan y se llevan lo que pueden, se pide ayuda y nada, “es increíble lo rápido que trabajan, todos están tan bien organizados y coordinados que no descarto que hasta el policía participe, se le pide ayuda y ni si quiera se mueve”, cuenta la afectada.

Datos de la procuraduría local colocan a este sistema de transporte como el segundo sitio más inseguro —después del Metro—.

En promedio al mes se levantan 10 denuncias de robo en el Metrobús, siete más que el que registró el año pasado, muestra del incrementando de la inseguridad en este sector.

Las estadísticas señalan que los meses de diciembre, enero y julio son los preferidos de los delincuentes, donde llegan hasta tres denuncias por día. Al igual que en el Metro, lo que más roban son teléfonos inteligentes, tabletas electrónicas, carteras y bolsos de mano, los delitos se concentran en la Línea 1.

En todo el corredor de la avenida Insurgentes las estaciones más inseguras, con base en las denuncias, son Indios Verdes, Buenavista, Chilpancingo, Centro Cultural Universitario y Corregidora. Las víctimas se ven impotentes ante el robo, pues cuando se dan cuenta, los delincuentes o ya se bajaron una estación antes o ya se camuflaron entre los usuarios.

Las “horas pico” son las más riesgosas para los usuarios. Las denuncias se concentran de 07:00 a 09:00 horas y de las 18:00 a 20:00 horas, “lo peor es que el policía no te ayuda, no puede hacer nada, según dice, sólo esta para cuidar el inmueble como tal, pero no para dar seguridad a nosotros, entonces no sirve de nada”, comenta Raúl.

Aunque las estadísticas de las denuncias que llegan a la procuraduría son bajas, la realidad a decir de los afectados es que los robos van en incremento, el problema como regularmente sucede en estos casos es que no se denuncia.

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