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Los más de 2 mil menores de edad que durante este primer semestre del año han sido detenidos por participar directamente en alguna actividad delictiva, preocupan a académicos y especialistas en el tema de reinserción social, advierten también que de no atenderse a tiempo este problema, será un “dolor de cabeza” a mediano plazo.

De seguir con esta tendencia, para finales de este año, 5 mil menores de edad ya habrán cometido algún delito y lo peor, probarán los beneficios de la nueva reforma penal, se darían cuenta que robar, violar o cometer cualquier falta no representa mayor complicación para ellos, crecen con esta inercia y entran en un círculo vicioso hasta que les dictan una sentencia fuerte.

Esto debido a que no existen en realidad programas de reinserción completos y efectivos para que estos menores delincuentes se reinserten de manera correcta a la sociedad.

Del total de jóvenes que reciben algún taller o ayuda gubernamental, sólo 1% corrige el camino, el resto se convierte criminal, algunos forman células delictivas como las que ahora afectan a la ciudad.

Los académicos proponen que se implementen en las colonias de las periferias, así como en las delegaciones con más alto índice delictivo programas sociales y deportivos; así como talleres de artes y oficios a los jóvenes ninis, que ni estudian ni trabajan, principal objetivo de los adultos delincuentes.

“Al no tener alguna actividad recreativa son blanco fácil de adultos que los utilizan para cometer delitos menores. Ahora, en los asaltos, los menores sólo fingen traer un arma, no dicen palabras altisonantes, no oponen resistencia al arresto, actos que demuestran premeditación, los entrenan para que sepan actuar cuando son detenidos.

“De esta manera les quitan todas las agravantes, devuelven lo robado, son primodelincuentes... Con el nuevo sistema penal quedan en libertad inmediata y una semana después regresan a robar y saben cómo evadir la justicia con estas lagunas, ahí están las cifras de reincidencia criminal”, comentó Karen Buenrostro, socióloga de UAM.

En este sentido, las cifras del Tribunal Superior de Justicia Capitalino (TSJ-CDMX) refuerzan esta hipótesis. Durante el primer semestres del año, sólo se ha dictado sentencia condenatoria a 10 menores de edad, tres por homicidio, cuatro por violación y tres más por ser reincidentes en robo con violencia a tiendas departamentales, el resto de los detenidos que presenta la procuraduría capitalina obtienen algún beneficio del nuevo sistema penal.

La falta de seguimiento de las autoridades a los menores infractores provoca la reincidencia. Según los especialistas, nadie les da opciones reales de trabajo, estudio o alguna otra actividad, por lo que después de librar la cárcel son copados por delincuentes mayores quienes les ofrecen de mil a 5 mil pesos por “empleo”, dinero fácil que no obtendrían en una semana de trabajo en el sector en el que se desenvuelven.

“Una vez que un menor de edad entra a este círculo, las autoridades deben esforzarse por rehabilitarlos por medio de talleres de artes y oficios o deportes, no se les da seguimiento, regresarlos al núcleo familiar no es la solución, es el origen de todo, habría que mostrarles que tienen mejores oportunidades.

“El problema es el de siempre, a nadie le interesa, a nadie le preocupa hasta que es demasiado tarde. Hay casos de menores de edad que han llamado la atención y se han hechos investigaciones al respecto, recordar lo que pasó en Iztapalapa en la zona conocida como El Hoyo, lo que sucede en Tepito, en Gustavo A. Madero, donde quienes están robando son menores, casi niños y ahí se debe de atender”, comentó Carmen Mejía, criminóloga del ITAM.

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