Jonathan Ramírez, policía de la Secretaría de Seguridad Pública local, pasó siete meses en prisión luego de ser acusado de disparar a dos personas que huían en un vehículo; sin embargo, difiere de lo argumentado por el Ministerio Público.

En entrevista con EL UNIVERSAL, el policía relata que el 14 de mayo se dirigía a la colonia Roma junto con un compañero a bordo de una motopatrulla cuando observaron a una persona conducir un vehículo sin placas, con los vidrios polarizados y a exceso de velocidad por calles de Iztapalapa. De inmediato los agentes le marcaron el alto para realizar una revisión.

Lejos de detenerse, el conductor de nombre Christopher emprendió la huída. Los policías los siguieron hasta San Andrés Tetepilco donde le cerraron el paso, pero Jonathan fue atropellado mientras el fugitivo pidió a varios adultos que se encontraban bebiendo cerveza en una esquina que golpearan al uniformado.

En el suelo, uno de los hombres le quitó el arma y para evitar que le disparara, Jonathan se abalanzó contra él y ambos comenzaron a forcejear. Pero además de luchar contra el sujeto que lo desarmó, recibía golpes de más hombres que se unieron a la agresión. “Pensé que me iban a matar. El conductor del auto gritaba que me quemaran, que me mataran. Para mi pasaron horas, no sentí que llegara el apoyo”, recuerda.

Durante el forcejeo Jonathan escuchó una detonación. A unos metros una mujer embarazada, concubina de Christopher, yacía en el suelo con una herida en el abdomen.

Ahí arreciaron las agresiones, Christopher —al que también la bala hirió en el brazo— se fue encima del policía a golpes al igual que varios vecinos. Minutos después llegaron más policías a rescatarlo porque la gente buscaba lincharlo.

El caso llegó a la Coordinación Territorial Iztapalapa 7, donde Jonathan nunca pudo leer su supuesta declaración y al paso de 48 horas fue trasladado al Reclusorio Oriente acusado del delito de tentativa de homicidio y abuso de autoridad. El policía asegura que al llegar al penal le preguntaron por qué delito iba… no supo responder.

El abogado de oficio de Jonathan no presentó ninguna prueba a su favor, a pesar que la prueba para determinar si el policía había disparado salió negativa. Sus compañeros juntaron dinero y contrataron a una abogada que nunca hizo nada.

En prisión conoció a la presidenta de la Comisión Especial de Reclusorios de la Asamblea Legislativa, Rebeca Peralta, quien escuchó su caso y gestionó con la policía local una nueva defensa para el uniformado.

Ya con seis meses en prisión, los abogados de la SSPCDMX lograron que se restituyera el proceso. El Ministerio Público pidió que se le juzgara por aborto forzado pues la mujer perdió a su bebé por la herida.

La semana pasada, una juez del Tribunal Superior de Justicia local decidió suspender el proceso toda vez que la parte acusadora ya no se presentó. Jonathan afirma que su proceso estuvo lleno de irregularidades por parte del Ministerio Público.

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses