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El incremento de 300% en robo a transeúnte; de 150% a casa-habitación; 120% a transporte, y los 116 secuestros que se han registrado este año, así como el creciente narcomenudeo en el Estado de México, son los delitos que preocupan al gobierno federal y estatal.

Así lo reconoció el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, quien junto con el gobernador Alfredo del Mazo Maza anunciaron esta semana trabajos conjuntos para bajar la incidencia delictiva, que incluyen una depuración de los cuerpos policiacos.

Sin embargo, la depuración de las policías “es un discurso equivocado, un insulto a la inteligencia” que tiene consecuencias jurídicas y sociales que no sólo no resuelven el problema de inseguridad, por el contrario lo incrementan, señaló la investigadora Lizbeth Xóchitl Padilla Sanabria, doctora en Derecho Penal de la UNAM.

Una vez que un policía es dado de baja por no aprobar los exámenes de confianza, ya no puede obtener otro trabajo lícito porque quedó marcado y sólo tiene opción de sumarse a la economía informal o incluso irse con la delincuencia organizada, donde sí tienen cabida porque están preparados en el manejo de armas y en labores de inteligencia, apuntó la catedrática de la UNAM.

Con la depuración de los cuerpos policiacos, lejos de mejorar la seguridad se alimenta a la delincuencia. Son medidas que no son resultado de un estudio serio, reiteró.

El lunes, el titular de Gobernación encabezó la reunión del Gabinete de Seguridad en Toluca, con la intención de respaldar al gobierno estatal en esa área.

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