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En una de las cuadras cercanas al Cine Tonalá, donde un grupo de hombres con armas asaltó a comensales esta semana, hay letreros de alarmas vecinales, cámaras y lámparas que se activan cuando detectan movimiento. Los habitantes guardan un silbato cerca de sus puertas para hacer ruido y alertar a la gente cercana si ven llegar a asaltantes.

Así han vivido el último año, con inseguridad y miedo de salir a la calle. Organizándose y buscando soluciones para evitar ser robados. Por eso tienen dos chats en WhatsApp: uno con las autoridades del sector Roma-Sur y otro con 39 vecinos, todos de la misma calle, que cruza con Tonalá. El grupo se inició hace menos de un año, cuando los robos a sus autos se incrementaron.

En 2017, de enero a junio, policías de la Secretaría de Seguridad Pública de la Ciudad de México detuvieron a 592 personas por robo de autopartes. La delegación que más detenciones tuvo fue Cuauhtémoc, con 123, donde se encuentran las casas de los vecinos afectados que ahora se organizan vía redes sociales.

Comparten fotos, videos, se alertan si ven vehículos sospechosos cerca de las casas de sus vecinos. Gracias a las grabaciones de sus cámaras han identificado algunos perfiles de los asaltantes: los que visten gorra, sudadera y cargan una mochila a la altura de la cintura son quienes roban autopartes; los que asaltan casas y amagan a los dueños son hombres con trajes y carros último modelo, pero que guardan en sus sacos pistolas para amenazar a sus víctimas; y hay otros, quienes en bicicleta circulan a velocidad y arrebatan los celulares a los transeúntes.

Este viernes, a las seis de la mañana, uno de los vecinos mandó fotos al grupo: le habían robado, por séptima ocasión, los espejos del carro. A pesar de que hace poco, harto de los robos, decidió cambiar su auto por un modelo menos llamativo.

“Ahora está haciendo ruido la inseguridad en la zona porque asaltaron el Cine Tonalá, pero a nosotros nos han robado desde hace mucho”, dice Laura, una de las administradoras de los grupos vecinales, quien pidió que se le cambiara el nombre por seguridad.

A ella le han robado 10 veces; en una de esas ocasiones su esposo logró detener a uno de los ladrones, que traía una bolsa con las autopartes recién robadas, y lo sometió en el piso. El otro, para defender a su compinche, le pegó con un objeto en la espalda, pero después huyó. El afectado mantuvo al ladrón en el piso por 25 minutos hasta que llegó la patrulla y lo llevó al Ministerio Público.

Fue la única vez que denunciaron un robo, porque en esa ocasión el asaltante salió un mes después de la cárcel. Laura lo supo porque el ladrón se paseó enfrente de su casa tres veces, “como para decirme: ‘Mira, aquí estoy’. Tengo su rostro en la mente: es delgado, moreno, tiene como 24 años y la piel con acné”, relata.

En la Ciudad de México el robo de autopartes dejó de considerarse un delito grave después de la implementación del Nuevo Sistema Penal Acusatorio, que indica que los acusados de este delito pueden enfrentar su proceso en libertad.

Las administradoras del grupo dicen que han gastado más de 40 mil pesos en la sustitución de las piezas que los ladrones les han quitado a sus autos. Pero ahora, Marta, una de ellas, quien también pidió cambio de nombre, dice que su familia optó por sustituir los espejos por un papel que refleje, para no volver a gastar en piezas nuevas que le robarán otra vez.

“Espero que si se da a conocer nuestro caso, ahora sí nos ayuden”, dice Laura. Hasta ahora algunas patrullas se estacionan en la esquina de la calle por la tarde o a mediodía. Pero no es suficiente, Laura dice que los asaltantes saben a qué hora pueden cometer sus robos que, estima, ocurren hasta tres veces al día.

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