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“Me da miedo entrar a mi propia casa”. Giovana López, de 32 años, perdió la vivienda en la que creció desde que tenía dos años, y donde sus tres hijos se han criado desde hace 13 años. En la fachada de su hogar hay un letrero pintado con aerosol en tono rojo que dice “alto riesgo”. A ella le da miedo entrar, porque su casa sólo está sostenida por polines.

La vivienda de Giovana, quien es maestra de karate y ama de casa, es una de las mil 200 que resultaron inhabitables después del 19 de septiembre en la delegación Tláhuac, y que por su alta peligrosidad serán demolidas. “Empiezo a recordar desde que empezaron a construirla, el esfuerzo que pusieron mis papás para hacerse de esta casa. Aquí estuvimos toda la vida”, relata.

A 25 días del terremoto, EL UNIVERSAL realizó un recorrido por la colonia Del Mar, calificada, junto con La Nopalera, como una de las más afectadas de la delegación Tláhuac, por las 36 grietas registradas en las calles.

La vivienda de Giovana está en la calle Pingüino, una de las 10 por las que pasa una gran grieta: desde Piraña hasta Camarón. El acceso a estas vialidades está prohibido a bordo de automóviles. Pero a pie se pueden observar los hundimientos de aproximadamente medio metro de profundidad en las aceras; fisuras al exterior de las casas y los escombros de las viviendas dañadas acumulados a la mitad del arrollo vehícular.

“Al principio el hundimiento era de 30 centímetros, pero cada día se hunde más... ya sabemos que es demolición, pero no nos dan un dictamen oficial por parte de la delegación”, dice Giovana. Al interior de su casa, “casi todos los castillos están fracturados, las trabes, las bardas, las escaleras. Allá arriba, donde está una abertura grande, es una recámara. Ya todo quedó inservible”.

Aunque ella y sus vecinos no tienen una fecha para que demuelan sus casas, lo que sí poseen es un documento expedido por el personal del Fondo de Desastres Naturales (Fonden) y su familia recibió el cheque de 3 mil pesos como apoyo para rentar un inmueble, pero los 15 integrantes que residían en la colonia Del Mar están seguros de que con ese dinero no podrían pagar una mensualidad y otros gastos.

“Estamos tratando de movernos para que nos den una solución, porque aquí pasa la grieta, pero dicen que no es una falla geológica. El DRO dice que ya no es habitable, que aunque reparen las casas ya no, por el tipo de suelo”, comenta Gina.

La mayoría de la población de la colonia Del Mar vive con familiares, y algunos, con el dinero de sus bolsillos han ahorrado para la reconstrucción de sus casas. Los servicios básicos están suspendidos: no hay agua, electricidad ni gas. Los vecinos piden apoyo a otros de las colonias aledañas para que les permitan acarrear agua a sus hogares. Y para comer, esperan las donaciones que les llevan o cocinan con una parrilla. Ese es el caso de Karen Escalante, una dentista que cambió su rutina por la inaccesibilidad de su colonia. Antes trabajaba a las siete de la mañana, pero ahora sale de casa por las tardes. Y hace caminatas en los alrededores para platicar con sus vecinos sobre las afectaciones.

Conteo de daños. El director de Protección Civil de la delegación, Antonio Rangel, asegura en entrevista con EL UNIVERSAL que el balance de los daños posteriores al terremoto son: 872 inmuebles habitables; 3 mil de mediano riesgo, y mil 200 inhabitables, en los que se incluyen bardas.

En la colonia Del Mar apareció una “grieta de tipo vertical, que tuvo un desplazamiento que afectó varias viviendas por el suelo lacustre”. El futuro de esta colonia, de sus habitantes y de las casas que aún están de pie depende de un dictamen técnico por geólogos de la Universidad Nacional Autónoma de México, que se lleva a cabo desde el 22 de septiembre.

“Estamos solicitando que nos informen para saber si en algunas zonas es reparable o definitivamente es necesario retirar las viviendas. Lo que nos comentan los geólogos es que las grietas y las fallas nunca se van a quitar, pero hay que convivir con ellas, es decir, darles mantenimiento. Rellenarlas con diferente tipo de material y en algunos casos no exponer a las personas”, explicó.

Rangel aseguró que tanto sus brigadas conformadas por más de 500 personas y el delegado han visitado las zonas afectadas, y que además “ya con el apoyo del gobierno federal, de la Sedatu y Conapo se está haciendo una nueva visita de acuerdo al barrido censal con el universo de las 5 mil viviendas, en las cuales se está determinando el mediano y alto riesgo, para integrar los apoyos del Fonden”, explicó.

Se tiene previsto que para la próxima semana, cuando se cumpla un mes del sismo, se restablezcan la red hidráulica y otros servicios básicos. Respecto a la recuperación de la delegación, “de acuerdo con las reuniones con el gobierno federal, se estima que antes de diciembre se proporcione el restablecimiento al mayor porcentaje”, finalizó.

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