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El segundo día de servicio de la Línea 7 del Metrobús continuó siendo un caos, principalmente para las personas que buscaban llegar a la zona de Palmas, las Lomas y Santa Fe, desde Auditorio. Durante las horas pico la gente se formó hasta por 40 minutos para abordar un camión que los acercara a sus destinos, otros prefirieron caminar algunos kilómetros.

La señora Isabel tuvo que guardar sus zapatos de tacón y ponerse tenis, caminar algunos kilómetros para llegar a su oficina en la colonia Lomas de Chapultepec, debido a que desde el lunes le ha sido imposible tomar uno de los camiones que se dirigen al kilómetro 13, que la acercan a una cuadra de su trabajo.

Por la mañana, el Metrobús avanzaba muy lento, a pesar de que hay 82 unidades en funcionamiento no van saturados los autobuses de doble piso.

De acuerdo con el director del Sistema Metrobús, Guillermo Calderón, están en un proceso de adaptación, por lo que van a una velocidad conservadora para que los conductores aprendan la ruta.

Las unidades van a 60% de su capacidad, aproximadamente; pero por la noche, a la hora que la mayoría sale de trabajar, se ven largas filas en las estaciones y los camiones se abarrotan.

En el paradero de Campo Marte, cerca de las 19:30 horas, las filas crecen en cuestión de minutos, unos usuarios todavía no saben sobre el funcionamiento, por lo que piden asesoría y obstruyen los accesos, incluso pretenden subirse cuando las unidades se detienen en los semáforos

La mayoría de los usuarios utiliza las unidades que se dirigen a Indios Verdes, por lo que las otras dos no van a su máxima capacidad; sin embargo, a partir de la estación Chapultepec la gente hace fila y se sube al primero que pueda, el deseo de ocupar un lugar en el segundo piso se va perdiendo con las ganas de llegar a sus destinos lo antes posible.

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