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Temascalcingo, Méx.— Más de 3 mil 500 personas presenciaron la procesión en la que participaron 250 hombres: desde niños de cinco años hasta ancianos de 60 años o más, quienes enfundados en sábanas blancas caminaron descalzos cargando cruces de madera, que iban de los 80 a 120 kilos y seis metros de altura.

Se trata de una tradición que algunos católicos realizan para expiar sus pecados, por ello durante su andanza son flagelados con una cuerda, mientras el pueblo los mira, pues transitan por las calles primarias del poblado.

El Viacrucis es considerado uno de los 10 más originales del país, según Raúl Díaz Díaz, el tesorero de la Hermandad, que fue conformada hace casi 117 años , y es paralela a la representación de la Pasión de Cristo.

La caminata dio inicio en la iglesia de San Miguel Arcángel y pasó por las principales calles del poblado, donde se dieron cita cientos de fieles, incluso de otras entidades.

En Temascalcingo la temperatura superó los 23 grados durante el Viernes Santo. Este sitio se ubica en la zona norte de la entidad y su gente es devota a la conmemoración de la Pasión de Cristo, al menos así se califican los asistentes a esta tradicional procesión.

Durante 3 kilómetros, los crucíferos asumen esta experiencia personal como una oportunidad para reflexionar, por eso buscan cubrirse el rostro y no ser identificados, pues no es un ritual de lucimiento, sino de “entrega”.

Raúl Díaz explicó que a las dos cruces principales se les conoce como Las Reinas y que los participantes asisten con el rostro cubierto; mientras caminan son disciplinados, una persona más les golpea la espalda con un lazo en cada caída y esta penitencia la ofrendan a la espiritualidad.

“Buscamos experimentar la Pasión de Cristo y la caminata tiene una duración de tres horas. Para participar comenzamos a prepararnos desde el Miércoles de Ceniza hasta el Viernes Santo”, explicó.

Parte de esta tradición incluye que todos los viernes desde la toma de ceniza salen al atrio parroquial como parte de su preparación física y espiritual para la Semana Santa; es decir, salen desde la glorieta por hermanos de otras comunidades que participarán con la imagen del Señor de la Columna; bajan cargando las cruces y regresan a la Capilla de las Ánimas por la tarde, donde realizan una oración y se “disciplinan”.

El atuendo bendecido desde un año antes también debe contar con una pañoleta para cubrir el rostro en caso de que la sábana no los cubra al 100%, pero no usan calzado porque no sería similar a lo que vivió Jesús en su último día antes de resucitar.

“La flagelación la tomamos con gratitud, porque asumimos las tres caídas de nuestro Señor, que sufrió y dio la vida por todos nosotros”, explicó el crucífero. El Viernes Santo los crucíferos salieron de San Miguel Arcángel rumbo al Calvario para bajar la imagen del Santo Sepulcro, que después la trasladan en silencio durate toda la procesión.

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