Los fieles de la Virgen de Guadalupe son de todos los estratos sociales, edades, razas y continentes. Cada 12 de diciembre los peregrinos arriban a su basílica en la Ciudad de México , para rendirle homenaje, pedirle ayuda y agradecerle los favores recibidos, con apoyo de vecinos como Guillermo Muñoz y su esposa María Isabel, que desde 2015 abren una pensió n para quienes hacen su “manda” en bicicleta .

Para este año, se espera el arribo de alrededor de ocho millones de peregrinos , según la Secretaría de Seguridad Pública de la Ciudad de México , y son 70 mil los que llegan hasta el recinto guadalupano a pie o en bicicleta, desde otros lugares de la capital o del interior del país e incluso del extranjero.

“La idea se me ocurrió cuando una vez pusieron un letrero en un terreno -comenta Muñoz a EL UNIVERSAL - que decía ‘se rentan las bicicletas’ , de ahí surgió, sólo que nosotros se las guardamos”. Muñoz cobra 20 pesos por cada bicicleta y 15 si llegan en un grupo numeroso .

-¿Alguna vez ha tenido una mala experiencia con los peregrinos?

-Pues realmente no me quejo, no habido problemas, generalmente cooperamos con ellos para que esté limpio, les saco bolsas de basura-, responde Muñoz.

“Aquí la gente nos conoce de año tras año tras año. Jamás hemos tenido problemas con ellos, de hecho vienen a pagar su manda y aquí tenemos en cambio manifestaciones que cierran y cierran Insurgentes, hacen relajo y medio”, expresa.

El vecino de la colonia Aragón La Villa indica que “aquí, al contrario, ha habido veces en las que bajan el anafre, hacen el menudo, nos han dado y han pedido agua. Sabemos que si afecta, pero es una vez al año”. En cuanto a sus experiencia graciosas, recuerda que “tenía veintitantos años y en Calzada de Guadalupe se juntaron como verbena porque estaban regalando cosas, atole, tamales, fue muy bonito esa vez y después nunca volvió a suceder”.

Asegura que en la delegación le informaron que no era necesario tramitar algún permiso para cobrar por su pensión para bicicletas. “Me dijeron que no, que podría hacerlo siempre y cuando no abuse de ellos, porque luego la gente lo hace y que yo me responsabilice. Ya son casi cinco años los que llevamos así y jamás ha pasado nada”.

Muñoz aclara que han descartado la idea de rentar los baños de su casa, a diferencia de otros habitantes de la zona, “definitivamente. A menos que sean mujeres porque lo necesitan, pero si alguien renta su baño, ya sabe a lo que se atiene”, comenta tras señalar que los puestos de comida improvisados si requieren de una autorización de la Procuraduría Federal del Consumidor , que deben exhibir.

Mucho alboroto

“Una vez lo hicimos y estuvo bien, nuestros vecinos hace dos años hicieron lo mismo y hubo mucho alboroto, pero si vinieron a avisarnos del permiso”, expone tras definirse como “devoto sí, católico al cien por ciento no, pero creo en la Virgen de Guadalupe ”.

No obstante, no todos están de acuerdo, como María Elizabeth López Sánchez, de 63 años de edad y que vive en una casa contigua a la de Muñoz. Recalca que no ha sufrido afectaciones por parte de los fieles en el día no, pero en parte de la noche sí, “porque se vienen a acostar aquí. No sabes como huele el otro día, a pipí o popó. Ya en la mañana se orinan donde están las camionetas. No han tenido respeto y mira que les ponen baños”.

La señora López Sánchez añade que “además, te obstruyen tu entrada, ponen casas de campaña. La gente que viene de provincia es más limpia, pero vienen de otras delegaciones a ver qué les dan y dejan toda la fruta tirada, todo lo que les han dado. Lo que sí perjudica es el cochinero de basura y que están orinando ahí desde las 9 de la noche”.

maf

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