Con sólo 25 años y 300 dólares en la cuenta bancaria, Ellen Bennett arrancó en Los Ángeles un negocio de mandiles con diseños increíbles y hechos con los mejores materiales: 5 años después, su trabajo es un éxito y sus creaciones son muy queridas entre los mejores chefs de Estados Unidos y de México.

“A los 18 años decidí venirme a vivir a México porque desde chiquita me encantó la cultura mexicana del lado de mi mamá y en Estados Unidos no encontraba mi espacio. Decidí venir por un par de meses y me quedé 4 años”, cuenta la emprendedora nacida en Los Ángeles.

Apasionada de la cocina y decidida a quedarse en la Ciudad de México a como diera lugar, Ellen se enroló en el CESSA para estudiar un diplomado en gastronomía y empezó a trabajar para sufragar sus gastos, ya que sus padres no querían que estuviera sola en la capital mexicana.

“Chambée durísimo, anunciaba la lotería, daba clases de inglés, era edecán, rentaba cuartos a extranjeros pre-Airbnb, tenía diez mil trabajos pero eso me enseñó a poder moverme”.

“Aprendí lo que es realmente trabajar y en esos 4 años me volví mexicana: saqué mi IFE, mi nacionalidad y tomé clases de español para poder hablar más rápido”.

Con el vigor de una mexicanidad que le inyectó energía para continuar con la vida gastronómica, Ellen volvió a Los Ángeles y comenzó a trabajar en las cocinas de diferentes restaurantes; es ahí donde prestó atención a los detalles de los uniformes de los cocineros.

“Soy corredora y lo primero que hice cuando empecé a correr fue comprarme un conjunto de Nike y me sentía profesional, me sentía una chingona”, recuerda.

“Quería hacer que la gente se sintiera igual en la cocina con sus uniformes, era algo muy especial”.

Y así surgió la idea: producir mandiles de alto nivel en Estados Unidos con las mejores telas de todo el mundo y crear una comunidad alrededor de su producto.

“Me metí a los restaurantes, me presentaba con los chefs y les ofrecía mi producto y mis ideas. Como yo no estudié negocios, todo lo hice al viejo modo, mis ganancias las reinvertía y no gastaba ni un centavo más. Fue una buena manera de aprender y me dio mucho control.

Hoy en día Ellen tiene una fábrica en el centro de Los Ángeles donde emplea mano de obra de origen mexicano y desde donde le surte a más de 5 mil cuentas en Estados Unidos entre las que se cuentan Whole Foods, Williams Sonoma, David Chang y Martha Stewart.

“Cuando alguien se pone uno de mis delantales y se siente súper bien, me da la misma emoción que cuando alguien prueba algo que yo preparé, esa primera mordida cuando dicen Qué rico!”.

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses