Hemos escuchado en varias ocasiones que somos lo que comemos y esta premisa no está tan alejada de la realidad. Por eso es importante tener una alimentación sana y balanceada, principalmente si se padece alguna enfermedad o se es propenso a desarrollarla por genética.

Las grasas trans no son recomendables en exceso, aunque lo ideal es no consumirlas. Recientemente científicos suizos revelaron que las consecuencias de su ingesta en grandes cantidades las pagarían las terceras generaciones de los consumidores, es decir, sus bisnietos .

Investigadores de la , Suiza, suministraron una dieta alta en grasas trans a ratones hembra durante nueve semanas y comprobaron que sus crías durante tres generaciones heredaron sus problemas de obesidad y mantenían la adicción por la “comida chatarra” y grasosa. Cabe destacar que este es el primer estudio científico que detecta los efectos de la alimentación en la tercera generación, en los bisnietos.

¿Qué son las grasas trans ?

Estas se obtienen de las grasas insaturadas mediante la hidrogenación de aceites (de origen vegetal); a través de este proceso aumentan el nivel del colesterol malo y reducen el bueno. La hidrogenación permite hacer al producto más duradero y apeteciple.

Este tipo de grasas están presentes en alimentos que tenemos acceso a comer a diario, como las galletas, papas fritas, helados, palomitas de microondas y panes industrializados.

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