Las milpas, las familias, los pueblos de México… Para hablar del maíz hay que hacerlo en plural. Los maíces dan sentido a la comunidad, resguardan una naturaleza colaborativa. En El maíz en tiempos de guerra , el cineasta Alberto Cortés propone una mirada etnográfica y humanista, con respeto y sin visiones folclóricas, en la cual este grano es algo más que un alimento: en él nace y germina la defensa de las culturas, así como otras formas de entender la vida y el territorio.

No es un tema elegido al azar: la trayectoria de Cortés y otros de sus trabajos como La tierra de los Tepehuas o De migrantes, barro, papel y otras historias en Oaxaca ejemplifican su interés por las personas y sus contextos. En su ficción Corazón del tiempo notó que el maíz siempre estaba en las actividades de los personajes.

El maíz en tiempos de guerra. La mirada del cineasta Alberto Cortés
El maíz en tiempos de guerra. La mirada del cineasta Alberto Cortés

De izq a der. José Manuel Montalvo “Nuke”, artista mural; Ana Solares, productora y Alberto Cortés, director de El maíz en tiempos de guerra.

Decidió reunir a su equipo para hacer este documental al darse cuenta de la ofensiva que representan los transgénicos. En El maíz en tiempos de guerra cuatro familias son quienes tienen la voz: una ayuujk (mixe) en Oaxaca, una wixárika (huichol) en Jalisco y dos más tzeltales en Chiapas.

La película sigue sus ciclos agrícolas, desde la preparación de la tierra hasta la cosecha. Hay poética y honestidad en el acercamiento que se hace a las lenguas originarias, el ecosistema, los núcleos familiares y la participación constante de la mujer y los niños en las actividades del campo. Están presentes la organización civil, los animales como parte necesaria en la labor, los derivados del maíz—además de la tortilla—como el pozol o el atole, la importancia de la selección de las variadas semillas nativas y los procesos de nixtamalización.

El maíz en tiempos de guerra. La mirada del cineasta Alberto Cortés
El maíz en tiempos de guerra. La mirada del cineasta Alberto Cortés

“Hay un racismo muy fuerte hacia el mundo indígena que no reconocemos, sobre todo en las ciudades. Es tremendo: sigue esa visión de decir que son nuestras raíces, pero a la hora de la verdad se les quiere hacer a un lado. Quisimos darnos el tiempo de poder observar y mostrar este universo, buscando una narrativa cinematográfica y una estética,” explica este director mexicano.

No es un largometraje sobre rituales o de análisis científico: en él se muestran algunas realidades de nuestro país que reúnen la belleza de lo cotidiano, pero también condiciones de desigualdad y marginación. Lo alimentario es político y económico. Por ende, no puede desligarse de problemáticas que afectan a los campesinos, como despojo, narcotráfico e intereses de poderes ajenos a los pueblos y sus necesidades; pero también de las diferentes soluciones propuestas, como candidatos independientes, movimientos indígenas y asambleas comunitarias.

“Entendemos que el hombre se hizo sedentario cuando domesticó al maíz. A partir de eso vienen las civilizaciones mesoamericanas y los mitos fundacionales. Pero, pudo haber sido al revés: el maíz domesticó al hombre y le enseñó a vivir en comunidad. Frijol, calabaza, chile, insectos, gallinas y todo eso que es la milpa fue lo que enseñó a todos esos pueblos a seguir ese ejemplo,” dice.

El maíz en tiempos de guerra

se exhibe en la Cineteca Nacional , está disponible en y hay funciones en los Faros de la Ciudad de México y otras salas de cine alternativo en los estados. La promoción del documental conecta también con los espacios públicos: hay varios murales del artista chicano José Manuel Montalvo , mejor conocido como Nuke, y puedes verlos afuera de estos recintos que apuestan por estos mensajes de resistencia y de soberanía alimentaria, con la profundidad que los acompaña.

El maíz en tiempos de guerra. La mirada del cineasta Alberto Cortés
El maíz en tiempos de guerra. La mirada del cineasta Alberto Cortés
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