Si hay alguna fruta que se pueda encontrar casi de manera omnipresente en nuestros hogares, sin duda es la manzana. De tamaño grande, pequeño o de forma caprichosa; color rojo pasión, muy à la Blancanieves, amarillo paja o verde brillante, sin importar su variedad, son deliciosas y prácticas. Goza, además, de fama como un fruto saludable: hay quienes recomiendan comer una al día para disfrutar de todos sus beneficios. Pero, ¿por qué tanta confianza en este fruto? Seguramente no es solo por mera sabiduría popular, su estupendo sabor o nobleza como ingrediente, ¿o sí? De acuerdo al portal Medical News Today, las manzanas son una de las fuentes de nutrición más potentes. Cien gramos (el peso promedio de una pieza es de 150 gramos) están llenos de 2.4 gramos de fibra dietética, 6 mg de calcio, 107 mg de potasio, 4.6 mg de ácido ascórbico y distintas vitaminas del complejo B, por mencionar tan solo algunos nutrientes.

Además, diversos estudios asocian su consumo con la prevención de males neurológicos como la demencia o Alzheimer, la disminución de riesgo de enfermedades cardiovasculares como infartos, nivelación de colesterol y obesidad gracias a sus compuestos bioactivos.

Ya lo sabes, deja de hacerle el feo a las manzanas por “aburridas”. Su versatilidad y resistencia las convierte en el ingrediente perfecto para distintas preparaciones, tanto dulces como saladas. A continuación, te presentamos una sencilla y deliciosa receta para que comiences a darle un uso distinto a esta rica fruta y que hagas tal como reza un dicho galés: "Con una manzana al día, mantén lejos al doctor”.

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