El viernes tuvo lugar en Egipto el peor atentado en la historia de ese país. Más de 300 personas perdieron la vida y cientos más resultaron heridas. Estos hechos, sin embargo, no deben sorprender a quien lleva siguiendo el caso egipcio desde al menos 2011. El uso del terrorismo en ese país, especialmente en el desierto del Sinaí, pero no únicamente ahí, es cada vez más frecuente. De hecho, el Índice Global de Terrorismo, publicado hace solo unos días, tiene toda una sección que habla acerca de Egipto. Lo que cambia, en todo caso, es la magnitud del ataque y de alguna manera la táctica utilizada para conseguir la mayor cantidad de atracción mediática posible, y así, provocar un enorme golpe político al gobierno del presidente Sisi y a su campaña antiterrorista. El otro factor que cobra enorme relevancia, es el cómo las dinámicas internas en Egipto se entretejen con otras dinámicas internacionales, concretamente la cuestión de ISIS y sus muy severas derrotas en Siria y en Irak. El texto de hoy consta de dos partes. En la primera de ellas, reproduzco una síntesis que publiqué hace algunos años y que explica cómo es que Egipto pasa de la Primavera Árabe a un contexto que favorece la radicalización y el terrorismo. En la segunda parte, analizo el contexto del ataque del viernes. Si usted está familiarizado con lo primero, puede pasar directamente al análisis actualizado.

Parte I: De la “Primavera Árabe” al terrorismo

Este blog está cargado, desde 2011, de textos que narran, describen y analizan la Primavera Árabe, y muy concretamente el caso de Egipto. Pero para evitarle tener que regresar a ellos, y a riesgo de simplificar, intento sintetizar sus elementos centrales:

1. En un efecto de réplica de lo que había sucedido en Túnez, y bajo un contexto de causas políticas, económicas y sociales, Egipto vive en 2011 una ola de protestas y manifestaciones masivas en contra de la dictadura de Mubarak.

2. El liderazgo del ejército (a diferencia de la policía del dictador), decide no reprimir esas manifestaciones, y en cambio, destituye a Mubarak de su puesto y promete liderar el proceso democrático en la dirección de elecciones y libertades ciudadanas.

3. Tras la caída de Mubarak, además del antiguo régimen, la única organización que tenía la capacidad de movilizar a sus bases para traducir ese respaldo en votos efectivos, era la Hermandad Musulmana. Así, las primeras elecciones parlamentarias (noviembre-diciembre 2011) arrojan como resultado una mayoría para los partidos islamistas. La Hermandad Musulmana obtiene 40% y los salafistas un 25% de los asientos del parlamento.

4. Preocupado, unos meses después, el liderazgo militar auxiliado por el poder judicial que sobrevivió a la caída de Mubarak prácticamente intacto, decide disolver el parlamento y con ello, los resultados de las primeras elecciones democráticas del país.

5. Sin embargo, intentando equilibrar sus decisiones y buscando enviar mensajes de cambio, la junta militar sí permite que ocurran las elecciones presidenciales y reconoce a su triunfador, Mohammed Morsi, un hermano musulmán. Los militares pactan con él: le dejarían gobernar a cambio de que éste no tocase los privilegios y prerrogativas del ejército, así como los del poder judicial, el tentáculo legal del antiguo régimen.

6. Morsi resulta un presidente ineficaz en lo económico y en lo político; termina orientando al gobierno y la ley hacia el islam, y se enfrenta a todos los actores distintos a la Hermandad Musulmana, de modo que cuando un año después de asumir el cargo, diversos grupos convocan a marchar en la calle en su contra, la respuesta es masiva.

7. El liderazgo militar, entonces, encuentra la oportunidad de oro para recuperar de lleno el poder que había tenido que compartir por unos meses. Así, primero amenaza a Morsi. Luego lo destituye y lo aprehende, al igual que a los principales líderes de la Hermandad Musulmana. Cientos de miles de islamistas salen a las calles a protestar el golpe de estado. La respuesta de la junta militar es brutal. En pocos días, 900 hermanos musulmanes son asesinados por las fuerzas de seguridad. Miles más son aprehendidos, y meses después son juzgados y condenados a pena de muerte.

8. La Hermandad Musulmana es declarada como una organización prohibida, como grupo terrorista, sus bienes son confiscados. Morsi sigue en prisión al igual que el liderazgo de esa organización. Ya se han emitido varias penas de muerte en contra de dichos líderes. La de Morsi también ha sido emitida, aunque su dictamen final se encuentra pendiente.
 

Radicalización

Ante estos hechos, era previsible que un número de islamistas entrara en el proceso de radicalización que en este blog hemos explicado varias veces. Como dije arriba, ya desde 2013, en las primeras manifestaciones de apoyo a Morsi se podía ver continuamente la bandera de Al Qaeda en las marchas. A partir de testimonios varios, se podría resumir el razonamiento de algunos de esos actores del siguiente modo: “Queríamos el cambio, igual que el resto de la sociedad egipcia. Tratamos de conseguir nuestros fines por la vía pacífica, a través de los canales democráticos y todas las puertas nos fueron cerradas. Salimos a protestar por el derrocamiento de Morsi, un presidente democráticamente electo, y la respuesta que obtuvimos por parte de los militares fue la represión y la masacre. Aprehendieron a nuestro presidente y a nuestros líderes más importantes. Nos declararon ilegales, terroristas y confiscaron nuestros bienes. La única alternativa que nos dejan es la jihad”.

El número de islamistas que se adhiere a la militancia radical es normalmente muy pequeño, pero suficiente como para generar importantes riesgos de seguridad. Estos militantes se unen a grupos que ya operaban previamente, o bien forman células nuevas que pueden operar de manera independiente.

El contexto y el incremento del terrorismo

El contexto regional dentro del que este proceso se gesta incluye entre otros, los siguientes elementos:

1.Un declive relativo de la red Al Qaeda, y en contraste, el ascenso del “Estado Islámico” o ISIS, en Irak y Siria desde 2013/2014.

 

2. El fin del régimen de Gaddafi en la vecina Libia, y el caos resultante a partir de ello. El arsenal del exdictador a la deriva propició un dramático incremento en el tráfico de armas baratas en toda la región. Las milicias y las tribus se diputan el poder en aquél país, y ante un entorno de guerra civil e inestabilidad, el ascenso de grupos militantes islámicos, algunos originalmente afiliados a Al Qaeda, ha sido notable. ISIS aprovecha esa serie de situaciones para fundar ahí su “provincia” o filial tripolitana, lo que no es en realidad otra cosa que una franquicia que surge a partir de grupos islámicos preexistentes y que operaban en el seno del entorno que indico. Algunas de las víctimas de estos grupos han sido ciudadanos egipcios.

 

3. El surgimiento de grupos terroristas islámicos en el Sinaí marcadamente Ansar Bayt al Maqdis, también antes afiliado a Al Qaeda y actualmente afiliado a ISIS (se autodenominan la “provincia del Estado Islámico en el Sinaí”). Este grupo ataca continuamente a militares, pero igualmente ataca a civiles egipcios, israelíes, a turistas, y envía misiles hacia el puerto de Elat en Israel.

 

4. Juntando todos los elementos anteriores, podemos afirmar que el ascenso de la actividad terrorista en Egipto es hoy una realidad. Ciertamente, el terrorismo no es nuevo en ese país. Por ejemplo, en la década pasada, hubo varios ataques terroristas en el Sinaí. Sin embargo, a partir del 2011 estos ataques se incrementan de manera dramática, sobre todo después del 2013, extendiéndose hacia el interior de ciudades egipcias como El Cairo, y ahora sobre sitios turísticos. En el curso de los días cuando este texto fue originalmente escrito, el grupo Ansar Bayt (afiliado a ISIS) atacaba el templo de Karnak en Luxor, además del sitio donde se encuentra la pirámide de Giza, y un aeropuerto en el Sinaí, utilizado por observadores internacionales.

Parte II: El ataque del viernes 24 de noviembre 2017

1. A pesar de que, hasta este momento, ISIS no ha reivindicado el ataque, por las tácticas empleadas y la magnitud del atentado, es prácticamente un hecho que fue esta y no otra agrupación la autora del mismo. Es común que cuando esta organización ataca mezquitas, omite una declaratoria oficial de adjudicación. Así que, en este caso, es indispensable entender tanto la parte interna como la dinámica internacional en la que está sumida esa organización.

 

2. De acuerdo con el Índice Global de Terrorismo, en los últimos 17 años, el 99% de muertes por esa clase de violencia ocurre en países ya sea que se encuentran experimentando condiciones de conflicto armado, o bien, que padecen altos niveles de terror político, violencia perpetrada por los gobiernos y violaciones a los derechos humanos. Egipto es uno de los países señalados. Además de las cuestiones políticas arriba descritas, esta filial se aprovecha de las condiciones en las que viven las comunidades beduinas del desierto y sus añejos resentimientos contra el gobierno de ese país. Esa serie de circunstancias no solo no han tendido a mejorar, lo que favorece el crecimiento de grupos terroristas locales, o bien, la incursión de organizaciones terroristas transnacionales, las cuales se aprovechan de esas circunstancias internas para penetrar y actuar en el país.

 

3. En lo táctico, la filial egipcia de ISIS consigue atacar un blanco de fácil acceso sorprendiendo y exhibiendo a las autoridades de ese país, La mayoría de ataques de esta filial son en contra de militares y policías. Por supuesto no es la primera vez que atenta contra civiles, pero sí muestra su disposición a incrementar el número de este tipo de ataques.

 

4. De su lado, ISIS se encuentra experimentando una fase de repliegue material: el fin de su autodeclarado “califato” en Siria e Irak y la transición hacia otra fase. Esta fase se va a caracterizar por: (a) el incremento en el número de atentados y en la búsqueda de espectacularidad de esos ataques con el objeto de comunicar el mensaje de que, a pesar de todas sus derrotas, la agrupación se mantiene viva, sana, y con capacidad de daño; (b) los ataques serán cometidos tanto dentro de su territorio base –el incremento en muertes por terrorismo en Irak es notable-, así como dentro de los 26 países en donde su red ha penetrado a través del establecimiento de filiales, células y minicélulas; (c) la intensificación de su actividad en Internet buscando inspirar ataques por parte de lobos solitarios o bien, por personas reclutadas y monitoreadas a distancia.

 

5. Una dinámica adicional que se puede apreciar en muchos países como Egipto es el ascenso en la competencia entre ISIS y Al Qaeda por reclutas, recursos y foco mediático. De modo que uno de los objetivos de ataques como el del viernes tiene también el componente de buscar mostrar a ISIS como un grupo que sigue siendo relevante en el seno de esa competencia.

 

6. De modo que los factores internos propios de Egipto arriba señalados, se entretejen con las dinámicas arriba citadas. A nivel internacional, ISIS consigue enviar un mensaje enormemente eficaz que ocasiona gran frustración no solo en el gobierno de Sisi, sino en otras partes como dentro de la propia administración Trump y sus promesas de “erradicar al terrorismo de la faz de la tierra”.

 

7. Como un factor adicional, hay que considerar que debido a sus derrotas en Siria y en Irak, muchos veteranos de la organización, han estado migrando hacia filiales, precisamente como la egipcia, desde donde pueden seguir su lucha.

 

8. Por último, resolver estas circunstancias, por lo tanto, requiere de acciones tanto a nivel local en lo político, económico y social, más allá de la campaña militar en contra de ISIS, como a nivel global. De esto último ya hemos escrito bastante, pero lo seguiremos haciendo en próximas entregas.

Twitter: @maurimn

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