Juan dudaba. Había subido ya los casi 13 metros de escalera hasta la plataforma, pero no estaba seguro. Frente a él, hacia abajo, un tobogán de 30 metros de longitud que parece más grande y, de todos lados alrededor, risas y muchas voces que lo animaban a tirarse. Y se tiró.

Debido a los 140 kilos que se atribuye (la verdad es que parece más pesado) y a la inclinación de la enorme resbaladilla, Juan tomó una velocidad inusitada.

Salió de la rampa hacia el cielo como un cohete, para alcanzar una altura de entre seis y siete metros sobre el agua que lo esperaba abajo.

“Sentí que no iba a caer jamás”, dice Juan.

Un tobogán lo hizo famoso, pero su obesidad lo pone en riesgo
Un tobogán lo hizo famoso, pero su obesidad lo pone en riesgo

Todo fue risas. Risas antes y durante el deslizamiento, pero sobre todo risas cuando Juan, convertido en algo así como un misil humano, voló por los aires y acuatizó provocando un pequeño tsunami en la piscina de cuatro metros de profundidad.

El episodio ocurrió en marzo del año pasado en el parque acuático El Vergel, en Tijuana, Baja California, muy cerca de la frontera con San Isidro, California.

La resbaladilla gigante es en realidad una atracción llamada Slip n Fly, algo así como “deslízate y vuela”, y hay apenas un puñado de esos toboganes en el mundo.

Juan se apellida Muñoz Cosío y aunque nació en Estados Unidos el 3 de septiembre de 1991, se crió en Puerta de Mangos, Nayarit, muy cerca de la costa.

El día del chapuzón había ido de paseo a El Vergel con varios miembros de su familia.

Justo fue uno de sus primos, Alex, quien grabó el video y lo subió días más tarde a sus redes sociales, sin anticipar, dice Juan, que se volvería un fenómeno viral.

Al video original, que suma decenas de miles de visitas, le siguieron incontables versiones editadas, algunas de las cuales integraban música y efectos especiales que satirizaban el vuelo de Juan por los aires, y produjeron en conjunto cientos de miles de reproducciones.

Un tobogán lo hizo famoso, pero su obesidad lo pone en riesgo
Un tobogán lo hizo famoso, pero su obesidad lo pone en riesgo

Pero no fue otra cosa sino el sobrepeso y la figura regordeta de Juan lo que dotó al video de su enorme capacidad de atracción. Y lo dice él:

- ¿Por qué crees que se hizo tan viral tu video?

- No sé, ni idea, pero creo que es porque los gorditos siempre somos chistosos.

- ¿Si estuvieras delgado habría pasado lo mismo?

- Nooooo pues no. Para nada.

- ¿Te molesta tener sobrepeso?

- Pues sí, me molesta, porque en el trabajo que hago ahorita hay puertas en las que no puedo entrar y eso sí es incómodo.

- ¿Cuándo empezó tu problema de obesidad?

- Siempre he sido gordo, desde niño. Me puse a dieta algunas veces y sí bajaba de peso, pero hubo un tiempo en que me valió madres, ya no me cuidé. Ahorita ya ni subo ni bajo ni nada.

¿Cuánto pesas?

- Como 140 kilos, creo.

- ¿Te sentiste mal de que la gente se riera al ver el video?

- Al principio sí, pero al final ya no. Ni modo que me ande peleando con todo el mundo. Ya después, al verlo, me empezó a dar risa a mí también.

- ¿Y a tus familiares?

- Les vale madres, se la curan todos (se ríen todos).

Pocas razones para estar feliz

Los fans de Juan, entre quienes seguro están los primos que lo animaron a tirarse, abrieron un canal en Youtube que se llama No lo hagas gordo. El video del tobogán está ahí. También otros clips en los que se ve a Juan brindar con tequila durante una celebración, cantar música de Banda con acordeón incluido al lado de una piscina, o tocando la trompeta con emoción, aunque un poco desafinado al principio. Juan, parece, la pasa bien.

Pero a veces las apariencias pueden engañar. A pesar de toda esa diversión y de la risa que a él mismo le da el video, Juan en realidad podría tener pocos motivos para estar contento. Si se hace caso a las estadísticas, como a todos los que lo padecen, el sobrepeso le podría estar quitando mucho tiempo de vida.

Por su obesidad, Juan tiene pocas probabilidades de llegar a los 75 años, que es actualmente la expectativa de vida para los hombres en México.

El año pasado la Secretaría de Salud informó que, debido al sobrepeso, la obesidad y enfermedades no transmisibles, dos de cada 10 personas de entre 35 y 70 años no llegarán a esa edad.

Tan sólo en 2015, de acuerdo con cifras del Inegi, la diabetes mellitus, asociada estrechamente con la obesidad y el sobrepeso, provocó en México 98 mil 521 muertes. La cifra obligó al gobierno federal a decretar, por primera vez, una alerta epidemiológica para una enfermedad que no tiene nada que ver con una infección.

A ese número habría que agregar las muertes provocadas por otras afecciones vinculadas con el sobrepeso, especialmente las cardiacas.

Juan dijo haber sido gordo desde niño. Así ha sido con casi todos los adultos que hoy son obesos. De hecho, si un niño desarrolla obesidad antes de los siete años, tendrá tres veces más probabilidades de ser un adulto gordo, de acuerdo con Salvador Villalpando, encargado de la clínica de obesidad del Hospital Infantil de México.

- ¿Tus hijos tienen sobrepeso? (Juan tiene dos)

- No. El más grande está gordito, pero apenas tiene seis años.

La respuesta de Juan es triste. Pare él, la corta edad de su hijo pareciera implicar la promesa de que su obesidad desparecerá conforme el niño sume años y Juan no podría estar más equivocado; él mismo es evidencia de lo contrario.

- ¿Cuál crees que sea el secreto para que los niños no se vuelvan obesos?

- El secreto está en los papás. Tienen que hacer muchas actividades con sus hijos, deben empujarlos a que hagan más ejercicio, que salgan a caminar, que no estén todo el día viendo la tele. Y deben de cuidar la comida que les dan.

Los padres deben cuidar al comida que les dan y en eso sí, Juan tiene toda la razón.

Como el pez que muere por la boca

“Somos lo que comemos”, dice la Dra. Raquel Guillén, quien ha investigado durante casi 30 años los factores fisiológicos, sociales y económicos que provocan la obesidad.

La emergencia de obesidad que enfrenta el país no mengua porque sigue sin haber una atención preventiva y no se incide en los hábitos de alimentación, es decir, comemos mal y se hace poco o nada para corregir eso, dice Guillén, profesora de tiempo completo de la carrera de Psicología y responsable del programa de Psicobesidad de la FES Zaragoza.

En los últimos 25 años la obesidad invadió al país. En México hace años que venimos comiendo mal. Así de simple.

Pero si uno quisiera desagregar la explicación encontraría factores socioculturales y económicos que ayudan a entender por qué México, como Juan Cosío, engordó de más.

Estos son, según Guillén, los más evidentes:

1.- La transición alimentaria: hoy se consumen más alimentos procesados que antes. El aumento de la población y la industrialización de alimentos a gran escala generan un aumento en el consumo de grasas, especialmente de las saturadas, de azúcares y de carbohidratos procesados.

2.- La modificación genética de los alimentos: en los últimos años se ha priorizado el tamaño y la cantidad de los alimentos, no su calidad nutrimental. Es decir, comemos mayores cantidades, pero nos nutrimos menos.

3.- Los alimentos naturales orgánicos cada vez son menos accesibles: la FAO incluso califica como preocupante la reducción de zonas de cultivo de productos de origen natural. Hoy, salvo en los mercados orgánicos temporales, que suelen ser caros, no es fácil conseguir comida que llegue del campo a la mesa.

4.- Comer bien sale caro: el precio de un kilo de aguacate, al momento de escribir este texto, es mayor que un salario mínimo diario. Nutrirse en México es un lujo.

5.- Consumo excesivo de vitamina T: tacos, tlacoyos, tostadas, tacos, tamales. Son alimentos a los que se puede acceder fácilmente, asequibles al bolsillo y de fácil consumo. Pero no sabemos diferenciar entre lo sabroso y lo que engorda.

6.- Guisar con manteca: simplemente no puede seguir ocurriendo, aunque los frijoles con manteca sepan a gloria.

“El gordito del tobogán”

Juan Cosío, el hijo pródigo de Puerta de Mangos, Nayarit, no volvió a tirarse de ningún tobogán hasta hoy. Les agarró miedo, dice.

La fama que le llegó con el video fue efímera en el mundo, pero en su pueblo fue otra cosa. Ahí siguen recordándole su hazaña, con cariño, cada vez que llega de visita.

En realidad, la verdadera hazaña de Juan es otra, y él lo sabe.

¿Has intentado bajar de peso?

- Sí, pero ha sido difícil. Cuando he querido bajar, yo solo, no he podido. La última vez que bajé un poco me ayudó mi mamá. Pero sea como sea, sé que debo hacerlo.

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