Uruapan.— A Yolanda Quintero Sánchez se le agota el tiempo para liberar a su hijo. En abril de 2017 Diego fue detenido en China por golpear a una persona de la tercera edad. Este 15 de junio deberá pagar 1.5 millones de pesos (500 mil yuanes) que le exige la familia de la víctima para perdonarlo.

Mediante una campaña en medios de comunicación, a la que se le sumaron ciudadanos de Uruapan, este jueves Yolanda logró recaudar el total. Sin embargo, al hacer el cambio de pesos a yuanes, le faltaron 100 mil pesos, según le informó la embajada de México en China.

En entrevista con EL UNIVERSAL, explica que hasta el miércoles había reunido —con ayuda de personas de todo el país e incluso de Estados Unidos— cerca de un millón 425 mil pesos. Ayer completó el millón y medio de pesos para sacar a su hijo de la cárcel para extranjeros de Beijing, donde se encuentra recluido desde el 2 de abril del año pasado.

El dinero se canalizó a la Cancillería de México, de ahí lo mandarán al consulado de China y la embajada —junto con el abogado de Diego— lo entregará al juzgado chino. “Después esperemos ya la carta del perdón de la familia y que la juez ya dictamine”, dijo.

Añadió que de no cubrirse la fianza, “la sentencia serían de siete a nueve años de prisión, pero ya casi lo logramos, estamos a una rayita nada más y con la fuerza de Dios y de toda la ciudadanía, de todas estas maravillosas damas que hemos estado trabajado en la venta de galletas, de pasteles, de rifas, boteando, estamos a un pasito, lo vamos a lograr, va a ver”, confió Yolanda Quintero.

Aclaró que a pesar de la necesidad no ha tenido que solicitar un préstamo, todo ha salido de donaciones y apoyos de gente que se ha enterado de su problema.

Diego Fernández Quintero y su hermano Alejandro viajaron a Beijing, China, como parte de un intercambio cultural. En la escuela donde dormían tuvieron un incidente con el guardia, quien resultó ser de la tercera edad.

Los delitos que se le imputan al joven oriundo de Uruapan están considerados graves, porque la víctima es un anciano, señalan fuentes diplomáticas.

Yolanda admite que Diego golpeó al guardia, pero éste había aceptado las disculpas y les había permitido, ingresar al área que tenían acondicionada como dormitorio. Por su hijo Alejandro, sabe que el agredido nunca estuvo hospitalizado, como acusan.

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