La Secretaría General de Gobierno de Puebla confirmó, como saldo preliminar, que se han contabilizado 11 personas fallecidas por el sismo de 7.1 grados.

A las 13:30 horas de este martes, en las calles del primer cuadro de la ciudad de Puebla la gente inundó las banquetas y arroyo vehìcular para tratar de salvarse del fuerte sismo, sin embargo al menos 11 personas murieron debido a la caída de escombros.

El sismo de 7.1 grados que se registró este martes en los límites de Puebla y Morelos generó fracturas en edificios privados y públicos, así como la caída de cúpulas en iglesias.

La mayoría de víctimas han ocurrido en la ciudad de Puebla, donde se cayeron bardas y pedazos de edificios públicos, por lo que los escombros golpearon a las personas.

Los reportes policíacos dan cuenta que en las puertas del Instituto Normal del Estado murió una mujer y su hija; en el bulevar Héroes de 5 de Mayo, un acomodador de auto; un estudiante y un administrativo perecieron en la preparatoria Lázaro Cárdenas de la BUAP; otras dos personas en la 16 de Septiembre y 11 Poniente; y cuatro más en otras partes de la ciudad.

Tras el sismo de 7.1 grados, cuyo apicentro se registró en Acochiapan, Morelos, muy cerca de la Mixteca poblana, los reportes preliminares adelantan un escenario poco alentador, sobre todo en Chiautla de Tapia.

En la capital no hay un sólo semáforo, lo que dificulta llegar a la zona de edificios y monumentos históricos. En la 5 Poniente y Reforma, un inmueble viejo registra grietas y desprendimiento de azulejos. El inmueble ya está acordonado por Protección Civil.

También hay reportes de caídas de bardas y techumbres. Mientras, entre la población abundan las crisis nerviosas, por ejemplo, en el atrio de la emblemática oca iglesia de San Aparicio, ubicada en bulevar 5 de Mayo y la 14 Oriente.

La cúpula que se levanta sobre unos 50 metros también se derrumbó. El movimiento de tierra asociada con las rocas y ladrillos al golpear el piso provocó que media decena de niños de escuelas de nivel primaria entraran en crisis nerviosas.

Los socorrieras de Cruz Roja tuvieron que bajar de las ambulancias, que se encontraban atrapadas en el tráfico detenido desde la zona del hospital de San Alejandro, y correr con equipo a cuestas para prestar auxilios a los niños sumergidos en el miedo.

El gobernador Tony Gali ordenó suspender clases, y el Ejército aplicó el Plan DN III en zonas de la Mixteca.

Poco a poco, los habitantes de la capital comenzaron a regresar a sus actividades cotidianas.

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