Silvia Rodríguez Ibarra

y su pareja fueron invitadas a moderar su comportamiento o a salir de un reconocido restaurante familiar; la pareja gay abandonó el establecimiento y después interpuso una denuncia ante la Profeco y Conapred por discriminación.

En su denuncia en la red social de Facebook, publicó que el domingo 20 de agosto fue a comer cion su novia al restaurante “Santo´s Grill”, el lugar estaba casi vacío y nos sentamos en un extremo, hasta el otro extremo se encontraban solo otras dos mesas ocupadas.

“Ordenamos y estábamos esperando la comida cuando el mesero que había había sido amable al recibirnos y ofrecernos bebidas (muy malas por ciento) se nos acercó ahora muy serio. Se agachó para hablar más bajo y decirnos de una forma muy grosera, que nos pedía que nos comportáramos o nos retiráramos porque ese era un restaurante de ambiente familiar y no toleraban este tipo de comportamiento porque podíamos estar molestando a los otros cluentes; esto en referencia a que nos habíamos abrazado y besado mientras estábamos esperando”.

Explicó que las expresiones públicas de afecto son un comportamiento natural para cualquier de pareja, pero en este lugar sólo es bien visto para las parejas heterosexuales. “Estamos seguras de que no tenemos nada de que avergonzarnos por nuestro comportamiento. Fueron simplemente gestos cariñosos; besos y abrazos que forman parte de las expresiones de afecto público que es nuetro derecho tener”.

Calificó el momento como desagradable porque les condicionaron un servicio, por lo que las trataron con discriminación por su orientación sexual.

Al respecto, el restaurante comunicó que son un restaurante familiar de Cocina Internacional y Cocina de Autor en Hermosillo, donde todos son tratados con dignidad y respeto, como se hace desde el 2009, aunque tienen experiencia restaurantera desde hace más de 30 años.

“Las muestras de amor y cariño sólo generan felicidad alrededor y unas ganas enormes de brindar un mejor servicio, porque el amor nos mueve, sin embargo, en una de nuestras sucursales se presentó un hecho inédito para comensales y colaboradores donde las caricias y los besos de una pareja en una de las mesas fue subiendo de tono en un domingo familiar con familias y niños presentes. Los domingos cerramos a las 6 de la tarde”.

Comunicó el establecimiento: “Creemos que para todo hay lugar y para todo hay tiempo; esto nunca se ha tratado de una situación de género sino de respeto y prudencia. Ante una situación de esta naturaleza, lo único que podemos solicitar a una pareja o mesa que está fuera de límites es que prevalezca la cordura y si hay reincidencia –desgraciadamente- se pide abandonar el lugar. Creemos que es lo más considerado para quienes si están respetando a los demás presentes.

Luego el restaurante solicitó una disculpa pública a quienes se hayan sentido ofendidos y también a las dos damas.

ml

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