.— Paloma de los Ángeles Villegas Pacheco tiene más de 30 años viviendo en esta frontera y hace apenas dos meses logró que su identidad como mujer fuera reconocida por la ley.

Ahora Paloma lucha a través del colectivo Tttrans igualdad, que ella formó, para que las mujeres de su comunidad logren las oportunidades y los derechos que ha logrado conquistar.

Explica que finalmente logró obtener sus papeles de identidad gracias al apoyo de colectivos que la apoyaron en el puerto de Veracruz, de donde es originaria y a donde tuvo que regresar para poder llevar a cabo su trámite.

Leer más: 

Por la pandemia de Covid-19, el trámite se alargó casi un año, por lo cual hace apenas dos meses logró, legalmente, su identidad como mujer.

Paloma cuenta que llegó a esta ciudad a los 18 años de edad y desde entonces ha vivido discriminación y abusos, al igual que sus compañeras y compañeros transexuales.

Su causa

Su lucha la tiene clara, es a favor de las mujeres trans que se dedican al trabajo sexual. ¿Por qué ellas?, porque la mayoría de las mujeres transexuales son un sector vulnerable que, para empezar, no tienen documentos de identidad, lo que las pone en enorme desventaja.

“Anteriormente, al no tener una adecuación legal en sus documentos de identidad, las empresas no nos contrataban. Había mucha discriminación. También faltan oportunidades laborales, no sólo en la maquila o empresas, sino hasta en el mundo de la belleza, donde los salones piden contratar hombres o mujeres, pero a mujeres trans no.

“Al no tener los recursos para poner tu propio negocio, tu propio salón, para ejercer lo que sabemos hacer, nos hace caer en el trabajo sexual”, explica Paloma.

Asegura que actualmente hay más de inclusión laboral, aunque reconoce que no es total porque cuando una mujer trans llega al sector maquilero, todavía sufre mucha discriminación.

“Cuando una mujer trans llega al sector maquilero, la chica no tiene el uso de los sanitarios de acuerdo a su identidad de género. No se lo permiten, tiene que ir al baño de los varones”, expuso como ejemplo de algunas de las situaciones que todavía tienen que vivir en Ciudad Juárez, Chihuahua.

Recordó que hasta hace algunos años la comunidad trans también fue víctima de abusos por parte de las corporaciones policiacas en Ciudad Juárez, que se enfocaron en quitar las zonas de tolerancia donde muchas de ellas trabajaban.

“En 2006, a las chicas que teníamos departamentos en la zona Centro [los policías, sin una orden judicial] las interrumpían en las habitaciones, sin importar que las mujeres estuvieran o no trabajando. Fuimos víctimas de golpes, robos y hasta amenazas de muerte”, relata.

Leer más: 

Los pocos logros y lo que falta

Paloma asegura que ahora hay más capacitaciones y movimientos impulsados por la misma comunidad trans para defender sus derechos, pero aún falta abarcar  otros aspectos como lo es lo laboral y la salud.

“La verdad, ahorita no tenemos apoyo del sector salud, independientemente de la pandemia en los hospitales”, dice.

Explica que cuando alguien de la comunidad trans enferma y dice que tiene VIH, por lo general no es atendida.

“Sí se cuenta con una unidad médica para personas con VIH, pero no es suficiente, sólo es de atención preventiva, no para algo más complicado”, detalla.

Señala que en Ciudad Juárez la violencia la viven todas las personas por igual, pero la que atañe a la comunidad transexual no se visibiliza igual, por eso, insiste, hace falta más visibilidad hacia las personas trans y también hacia otras comunidades minoritarias y vulnerables cuyos derechos no se respetan.

Leer más: