Hace 12 años a Édgar León Vásquez le surgió la idea de elaborar concentrados para la preparación de micheladas de sabores naturales, luego de que un amigo le comentó que en Estados Unidos se preparaban con refrescos de toronja o de grosella, a diferencia de México, donde se usan ingredientes como limón, sal y chile.
Inmediatamente buscó a una de sus primas, ingeniera en alimentos, que le ayudó en la creación de las recetas de las pulpas con base de chile.
Édgar León sostiene que él es creador de las micheladas de sabores, y de ello consta el registro de su marca ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Intelectual (IMPI), un proceso que inició hace 10 años para registrar sus recetas en el secreto industrial. En ese entonces, agrega, era el único en el mercado.
“Tengo un registro de marca desde hace 12 años e intenté meterlo en secreto industrial; se hizo el proceso, pero ya no se dieron los resultados, te dan 10 años. Sólo tenemos registrado el tema de la marca”, explica.
Empresa de familia
León Vásquez también registró la marca Miche Break y de pronto el negocio se convirtió en una empresa familiar en la que participan su madre y sus hermanos.
De producir entre 10 y 12 litros diarios, ahora elaboran entre 600 y 800 en presentaciones de uno y cinco litros; también emplea a 15 personas con trabajos directos y distribuye su producto a 15 estados de la República.
“Fue bastante chistoso porque lo subo a Mercado Libre y me empiezan a llegar pedidos de toda la República, cuando de repente me di cuenta que en Huajuapan un bote de plástico para la michelada lo conseguía en 15 pesos; era demasiado caro para mi producción. Entonces, decido regresarme a Oaxaca y aquí conseguimos un poco más barata la botella”, comentó.
Actualmente produce 16 sabores diferentes de micheladas, de los cuales 80% son hechos a base de frutas naturales y 20% son con sabores artificiales.
En ese sentido, los más vendidos, subraya, son los de mango, tamarindo, piña, uva y fresa, pero también tiene algunos peculiares, como el sabor chicle.
El empresario oaxaqueño afirma que él es creador de las micheladas de sabores. “Somos los originales”, añade, y opina que el surgimiento de competencia se debe principalmente a que no tuvo en su momento la capacidad económica e industrial para comercializarlo en todo el país; lo segundo, porque sus ventas eran a través de internet y, tercero, tras observar que era un negocio exitoso, comenzaron a surgir otros productores.
Ahora, menciona, tiene competencia en todos lados: en Nuevo León, Puebla, Ciudad de México, Veracruz y en el mismo estado de Oaxaca.
“No existían micheladas de sabor en ninguna parte del país. El producto salió como modelo de negocios exitoso en una revista, como producto novedoso, hace como seis años. Cuando empecé, hace más de 12 años, estábamos totalmente vírgenes en el mercado; obviamente no teníamos esa infraestructura para cubrir todo el país.
“Ahorita seríamos una empresa muy grande si hubiéramos tenido ese apoyo, pero acceder a las ayudas del gobierno es casi imposible. Una vez me acerqué a Economía y te piden que ganes casi 2 millones para tener un préstamo de un millón de pesos”, relata el empresario.
La pandemia por el Covid-19 redujo durante varios meses la venta de sus productos prácticamente a cero, por el cierre de los negocios de sus principales clientes, los cuales son bares, restaurantes y cualquier lugar en el que se venda cerveza; con la reapertura de este tipo de negocios sus ventas ya empiezan a mostrar números alentadores.
El fundador y creador de las micheladas de sabores espera a corto plazo contar con sus propios canales y rutas de venta; actualmente su empresa funciona a través de un sistema de micronegocios o mayoristas que se encargan de repartirlos en su región.
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