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Cancún.— El fiscal general de Quintana Roo, Óscar Montes de Oca, indicó que los recientes multihomicidios registrados en zonas populares de las ciudades de Cancún y Playa del Carmen obedecen a un cambio de patrón en la operación de los grupos criminales asentados en la entidad, que los torna más violentos, en respuesta a la autoridad.

“Es un indicador de que con estas acciones que hemos estado llevando a cabo, como detenciones importantes dentro de la entidad, se están reacomodando estas bandas de narcomenudistas que durante mucho tiempo se vieron fortalecidas por la impunidad y la corrupción.

“En estos momentos, en un combate frontal de la autoridad hacia ellos, están cambiando sus formas de operar, con un elevado nivel de violencia que nos preocupa y que desde luego vamos a atacarlos de manera directa”, respondió a pregunta expresa.

El funcionario descartó que la situación implique un riesgo para los turistas que vacacionan en el Caribe mexicano, debido a que los multihomicidios y el asesinato de otras personas han ocurrido en zonas populares o en la periferia de las ciudades, lejos de los centros turísticos, lo cual —subrayó— no les exime de la persecución de la criminalidad.

“Tenemos todas las garantías para que resulte un lugar [el Caribe mexicano] seguro, un lugar cómodo, un lugar a donde puedan venir a vacacionar con sus familias; no es un elemento, estos homicidios, de alerta para que se genere pánico general”, insistió, al señalar que estos ataques se dan entre grupos de narcomenudistas.

Además, rechazó que dicha lucha se dé entre cárteles como el de Jalisco Nueva Generación (CJNG) o el de Sinaloa: “No tenemos evidencia directa de que se trate de la participación de estos cárteles; lo que sí te puedo asegurar es que son grupos delincuenciales que se han ido fortaleciendo este tiempo por la falta de ataque a sus actividades ilícitas y por la corrupción que imperaba en otras épocas (…)

“Son grupos de narcomenudistas que ante la presencia de la autoridad, se están volviendo más violentos y están cometiendo este tipo de ejecuciones cuando ellos se siente agredidos en sus campos de acción. Hay bares que ellos controlan, fuera de los centros turísticos, en la periferia, donde tienen cotos de poder y cuando ven un extraño que trata de invadir sus áreas, es cuando realizan estas acciones sumamente violentas, ilógicas e innecesarias”, sostuvo.

En conferencia de prensa, Montes de Oca, quien lleva al frente de la fiscalía dos meses, abordó el caso del bar La Kuka, ubicado en la zona centro de Cancún, donde la noche del 15 de febrero pasado, cuatro sujetos amagaron al guardia, ingresaron al establecimiento y abrieron fuego en contra de siete personas: mataron a cinco e hirieron a otro quinteto.

El establecimiento era un centro de distribución de drogas, afirmó, y el ataque pudo derivarse de un “error”, según una de las líneas de investigación que se siguen sobre el caso.

El funcionario explicó que las víctimas eran comensales, presuntamente trabajadores de la construcción provenientes de Tamaulipas, quienes por su origen pudieron haber sido “confundidos” con un grupo criminal de aquella entidad.

“El ataque fue dirigido hacia este grupo de personas, originarias en su mayoría, del estado de Tamaulipas, por lo que se está analizando su entorno laboral y social para determinar el motivo de su presencia en la entidad (...) Eran parroquianos que asistieron ahí a divertirse. Se tiene conocimiento de que en el lugar se realizaban actividades de narcomenudeo, y una se las hipótesis es que fueron confundidos con narcomenudistas de otro grupo”, expresó.

En calidad de presentados se encuentran tres personas: el gerente y dos empleadas. Él portaba un arma de fuego para proteger el local, según lo que declaró a las autoridades ministeriales; la pistola no tiene registro legal, por lo cual el ciudadano enfrentará cargos por portación ilegal de arma de fuego.

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