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“Las tierras que poseen habitantes de Chalchihuitán tenemos que recuperarlas”, sostiene Acar Guzmán Pérez, una mujer de 57 años nativa de Majumpepetic, Chenalhó, quien cumplió 31 días refugiada en la aldea Kakateal, porque hombres armados extremaron el hostigamiento en el lindero que se disputa desde hace más de 40 años.

Acar, junto con otros 800 hombres, mujeres y niños, sobreviven en galeras ubicadas entre los cafetales, dice que la única solución es que el Tribunal Unitario Agrario falle a favor de los habitantes de Chenalhó, porque no están dispuestos a recibir dinero.

“Lo que queremos es nuestro territorio”, sostiene la mujer en una de las galeras donde por cuatro años han llegado a refugiarse permanentemente desde que el problema se agravó con sus vecinos de Chalchihuitán.

Francisco Pérez Balcázar sostiene que las tierras no las pueden vender porque “desde 2013 hemos sido echados por los hombres armados de Majumpepetic, luego llegan miembros de organismos de derechos humanos y nos ayudan para retornar a los hogare”. Por eso ahora no van a regresar si no tienen un documento del Tribunal Agrario que acredite que las tierras de los habitantes de Chalchihuitán son realmente suyas.

A pocos kilómetros de Kakateal, en el crucero de Las Limas, por segundo día consecutivo, el paso del tránsito parece estaba habilitado, pero por ese camino no han pasado habitantes de Chalchihuitán, sólo vehículos oficiales de Protección Civil.

Las zanjas persisten, pero este miércoles pasó mercancía para la cabecera municipal de Chalchihuitán. Los otros dos caminos, el de Canaluntic y Pom, que también llevan a Chenalhó, permanecen cerrados.

Los desplazados que se refugian en Kakateal aseguran que han sido amenazados por la alcaldesa de Chenalhó, Rosa Pérez Pérez, para que desbloqueen los caminos; si no lo hacen, las mujeres no podrán recibir los apoyos de Prospera y Progresa.

Peregrinan por la paz. En tanto, fieles católicos de la cabecera municipal y comunidades de Chenalhó partieron del poblado Campo Los Toros hacia el crucero de Las Limas, en una peregrinación para pedir por la paz y que conseguir reconciliarse con sus vecinos de Chalchihuitán.

El movimiento fue encabezado por el párroco de Chenalhó, Manuel Pérez Gómez, y agentes pastorales. Ahí, el sacerdote pidió a instituciones del gobierno federal, estatal y municipal que se instale una mesa de diálogo en la zona de conflicto y que funcionarios de varios dependencias realicen un recorrido por la zona.

Con una imagen de la Virgen de Guadalupe, los tzotziles lanzaron un llamado a los hombres y mujeres de “buena voluntad” para que pidan por la paz en la región y que “Dios llene nuestros propios corazones para que sean corazones no violentos”.

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