Tapachula.— Unos 300 migrantes cubanos partieron ayer al mediodía en una caravana a bordo de cinco autobuses, pero fueron detenidos por las autoridades migratorias en Huixtla, a 40 kilómetros de esta ciudad.

La salida, programada para las 4:00 de la madrugada, se retrasó nueve horas debido a la falta de camiones que se negaban a transportarlos.

El gobierno federal advirtió a transportistas de la región que no debían movilizar a extranjeros en situación irregular y que el contingente no tenía documentación migratoria ni oficios de salida, pero sí amparos.

Su estrategia era descender de los vehículos en cada garita migratoria para cruzarlas a pie, y ante el requerimiento de documentos por parte de las autoridades migratorias, ellos exhibirán sus amparos para evitar arrestos y así proseguir la ruta.

El grupo había permanecido varado durante más de un mes en Tapachula, tras el cierre de la oficina de regularización migratoria.

A las 14:00 horas la caravana denominada Viacrucis del Migrante 2019, Por la Dignidad y el Respeto a los Derechos Humanos abordó los camiones y avanzó los primeros 25 kilómetros hasta llegar al municipio de Huehuetán, donde se ubica la primera caseta de inspección del Instituto Nacional de Migración (Inami).

A las 15:20 horas, el contingente de cubanos —entre hombres, mujeres y niños— descendió del autobús para cruzar la caseta migratoria Huehuetán caminando al grito de “libertad!, ¡libertad!, ¡libertad!”.

La caravana continuó su recorrido hasta el municipio de Huixtla, y llegó a las instalaciones del Centro de Atención Integral para el Tránsito Fronterizo (CAITF), donde la esperaban unos 150 agentes del Inami y policías federales.

En ese punto, un agente migratorio con las manos en alto y diciendo “no traigo arma” se acercó al contingente y le explicó que no podían seguir por no tener el oficio de salida y que el amparo no era válido porque se encontraban de forma irregular en el país.

El activista de la organización Todo por Ellos, Ramón Verdugo Sánchez, quien acompaña al grupo, dijo que regresarán a la cabecera municipal de Huixtla y analizarán la posibilidad de unirse a la caravana de centroamericanos que descansan en esa localidad y que reanudarán hoy su caminata.

Mientras tanto, unos 2 mil inmigrantes centroamericanos continuaban por sexto día consecutivo en Ciudad Hidalgo, a la espera de que el Inami les entregue documentos que les permitan ingresar a México y cruzar el país para llegar a la frontera norte.

Los migrantes aseguraron que en caso de que el Inami no les entregue los documentos podrán conformar otra caravana y avanzar para unirse al grupo de Huixtla.

En Mastepec, donde otro grupo de cubanos está desde principios de mes, autoridades habilitaron las instalaciones de la Feria Mesoamericana para atender hasta mil 500 inmigrantes, y evitar que las personas sigan durmiendo a la intemperie.

Por otra parte, el Instituto Nacional de Migración deportó ayer, desde el aeropuerto de Tapachula, a otro grupo de cubanos que se encontraba en las instalaciones de la Estación Migratoria Siglo XXI.

Éste sería el quinto grupo de isleños que es expulsado de territorio mexicano desde el pasado 5 de abril, cuando el Inami decidió cerrar la oficina de regularización migratoria, después de que un grupo de cubanos realizó una protesta violenta.

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