Morelia, Michoacán

.- Datos de prueba, que constan en la carpeta de investigación y que fueron entregados al juez de control , confirman a Jorge Alejandro M. C. como autor material del asesinato de su esposa e hijos de 2 y 8 años de edad.

Los elementos probatorios de la culpabilidad del imputado se obtuvieron a partir de la intervención de los equipos de comunicación del mismo, así como de los resultados de las pruebas de ADN realizadas a los rastros de sangre encontrados en el hombro derecho de Jorge Alejandro, estos coincidían con el de la víctima.

Pruebas testimoniales revelaron que el triple homicidio ocurrió entre las 8:50 y 9:08 horas del pasado 9 de diciembre, por lo que el presunto homicida tardó 18 minutos en asesinar a los dos menores y a la mujer, en el interior de la casa ubicada en la calle Albarino, de la colonia Los Viñedos.

También indican que cerca de las 8:50 horas se escucharon gritos al interior de la vivienda y que, previo a que la mujer fuera apuñalada en al menos 33 ocasiones, Jorge Alejandro M. C. le azotó la cabeza contra el piso.

Las mismas indagatorias muestran que Jorge Alejandro reconoció que al ver a sus hijos muertos los abrazó, los arrulló, se hincó e incluso les pidió perdón, todo ello sin mancharse de sangre, pese a que en la escena del crimen había varios charcos.

El juez de control también valoró la declaración del propio imputado y le cuestionó el hecho de que no se hubiera manchado de sangre, además de que había omitido en sus declaraciones iniciales los abrazos, el arrullo e hincada en el lugar.

Las llamadas y mensajes rastreados señalan que luego de que el presunto homicida saliera de su casa, se trasladó a la casa de sus padres, donde confesó lo que había hecho.

Las evidencias de comunicación forense citan que, luego de enterarse, personas cercanas a Jorge Alejandro lo ayudaron a encubrir el hecho y falsearon testimonios a las autoridades.

En torno a las acusaciones que esta mañana hiciera Raúl García Hernández, padre de Julio César G. M. también imputado, de que la víctima tenía restos en las uñas de su atacante, las pruebas periciales aclaran que se trata de residuos del cuchillo con el que fue asesinada y no de partículas humanas.

Raúl García también cuestionó el hecho de que se responsabilizara del homicidio a un hombre , cuando la víctima, Marisela , tenía en la mano “cabellos largos, de mujer”. Sin embargo, las necropsias apuntan a que esos cabellos eran de la propia víctima , tal como consta en las pruebas periciales.

El juez de control fijó un plazo de hasta seis meses para la investigación complementaria.

afcl

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