Preparación de desayunos y almuerzos, trabajos de albañilería, limpieza del hogar y asesorías en álgebra o química, son sólo algunos de los trabajos que Javier Ayala , estudiante de Ingeniería Química del Instituto Tecnológico de Ciudad Madero , Tamaulipas, se ofrece a hacer para pagar sus estudios.

En fechas recientes, el joven de 19 años se hizo viral en redes sociales por haber pegado un anuncio en las calles, en el que ofrecía sus servicios en diversas tareas por 70 pesos la hora.

El tamaulipeco contó a EL UNIVERSAL que necesitaba 3 mil 200 pesos para pagar su colegiatura semestral antes del 15 de agosto, pero las deudas que tenía su mamá, con quien vive y quien se hace cargo de él, les dificultaban juntar esta cantidad.

A menos de dos semanas para que se venciera el plazo de pago, decidió retomar una lista de sus cualidades que había hecho con su novia y utilizarla para pedir trabajo.

Salió el 3 de agosto de su domicilio y pegó cinco anuncios en su colonia Tamaulipas. Sin embargo, pasó una semana y no recibió ninguna llamada. Pero el pequeño tropiezo no lo detuvo, expandió su propaganda por otros puntos de la ciudad.

Al no conseguir trabajo pidió dinero prestado para completar su colegiatura; sin embargo, al ver presionada a su mamá, optó por darle lo que había juntado para pagar las deudas. Javier tuvo que presionar a su papá para que lo apoyara económicamente.

“No quería que le cobraran intereses a mi mamá por las deudas y le di el dinero. Le dije que estuviera tranquila, que estaba seguro que algo bueno iba a venir”.

Y así fue, los mensajes empezaron a llegar después de que se viralizó la foto de su anuncio pegado en un poste, primero para "trollearlo", luego para pedirle entrevistas en medios locales y ofrecerle empleo.

“La primera persona que me escribió por el anuncio solamente se burló pidiendo que le reparara su vida”, comenta.

No obstante, el futuro pintó mejor. “Un día iba a la casa de mi novia y me empezaron a llegar una gran cantidad de mensajes de WhatsApp, pasé casi cuatro horas respondiendo a todos”, platica.

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Los servicios que ofrece Javier son variados: van desde la albañilería, limpieza del hogar, asesorías académicas y hasta preparar la comida.

“Nunca he trabajado, pero lo que aprendí fue por mi mamá. Ella siempre me incitó a que le ayudara a los albañiles cuando trabajaban en mi casa para que aprendiera un oficio.

“Cuando era chiquito quería ser albañil”, confiesa el joven, quien dice que esta fue la primera actividad que realizó y es la que más le gusta.

No obstante, el universitario considera que su fuerte es la cocina, actividad que aprendió de uno de sus hermanos mayores, que soñaba con ser chef.

“Yo nunca fui de muchos amigos hasta que entré a la universidad y decidí ganarme a las personas por el estómago, invitaba a mis compañeros a comer y siempre les gustaba venir”.

La familia de Javier se emocionó al ver la fama que había alcanzado en redes sociales; sin embargo, uno de sus hermanos se mostró preocupado y le advirtió que tuviera cuidado con la información que daba y las personas que lo contactaron.

A su número telefónico llegaron mensajes y llamadas de felicitación, así como diversas ofertas de trabajo de distintos estados e incluso de otras partes del mundo.

"Me han hablado de muchos lados, casi de todo México, pero más de Nuevo León, Veracruz, Guanajuato, Guadalajara, California, Texas, Tennessee, Canadá, Suecia y Australia. También me han llamado de Argentina, Chile y Ecuador para felicitarme por la iniciativa. Hay gente de Monterrey que quiere que vaya a trabajar hasta allá".

Ahora, a pesar de que pagó su colegiatura y las deudas del hogar, Javier sigue aceptando las ofertas de trabajo que le llegan y afirma que su agenda está totalmente ocupada.

El dinero que ha juntando piensa ahorrarlo para su futuro, pues su mayor anhelo es el de formar una familia.

afcl

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