A ocho años de la masacre de 72 migrantes en San Fernando, Tamaulipas, el miedo aún sigue vivo.

Para los habitantes y quienes por algún motivo visitan San Fernando es prácticamente imposible referirse a Los Zetas, grupo criminal al cual las autoridades adjudicaron la masacre de agosto del 2010.

“De ese tema no quiero hablar señor. Aquí la vida ha mejorado en los últimos años, ya no se habla de extorsiones ni de asesinatos”, expresó un habitante del lugar, quien por ningún motivo acepta dar su nombre, al igual que los otros entrevistados.

¿Y a pesar de ello tiene temor?

Pos si. Es normal, lo que se vivió fue de terror, en el mundo nos siguen recordando por la masacre y las narcofosas. Así la dejamos”, respondió el lugareño y cortó de tajo la charla.

Habitantes de San Fernando aseguran que poco a poco se ha recuperado la vida social en la cabecera municipal. Ya los comerciantes han vuelto a abrir.

En el mercado hay más clientes de lo habitual. La venta es buena. Uno de los comerciantes aseguró que han vuelto a abrir un 30% de los negocios que habían cerrado.

¿Y esto a qué se debe?

“Ya no tenemos extorsiones ni hemos sabido de secuestros”, respondió, pero ya no quiso hablar.

La situación en San Fernando refleja un evidente contraste. Mientras que los habitantes coinciden que hay mejoría local, evitan recordar el tema de la masacre, como si ahí no hubiera ocurrido.

“Nadie quiere saber de lo malo. Es una historia negra que nos marcó”, opinó otro ciudadano.

¿Y porqué ya no hubo narcofosas? Se le preguntó a otra persona, quien tajante respondió: “Porque nunca volvieron a buscar, las autoridades no volvieron a tocar el tema”.

Y agregó, “la única que ayudaba a los familiares de personas desaparecidas era la señora Miriam Rodríguez y la mataron. Ya nadie hizo su labor, mucho menos las autoridades”.

¿Y los migrantes siguen pasando por San Fernando?

“Es una historia de nunca acabar. Por aquí pasan y de regreso otra vez se vuelven a ver las caravanas de migrantes cuando regresan a sus países de origen estirando vehículos”, explicó.

Una muestra de que los migrantes centroamericanos continúan pasando por San Fernando se refleja en la siguiente información de fuentes del gobierno estatal.

Entre noviembre del 2017 y febrero del año 2018 en diversos operativos y puntos de revisión, con la participación de diferentes órdenes de gobierno se rescataron a un promedio de mil personas de origen centroamericano, entre los que se incluían niños.

Uno de estos ocurrió el domingo 11 de febrero en el municipio de Matamoros, cuando elementos de la Policía Estatal, con apoyo de la Secretaría de Marina rescataron a 45 personas en una casa de seguridad. Uno era mexicano y los otros 44 ciudadanos de Honduras, Guatemala y Nicaragua.

San Fernando se extiende sobre seis mil 91.36 km cuadrados de superficie territorial, con 333 localidades y al este del municipio se ubica la Laguna Madre.

Por su posición geográfica y a pesar de las historias de violencia, de las narcofosas y de los secuestros de migrantes que ocurrieron, sigue siendo el paso obligado de miles de centroamericanos. Ni el horror de la masacre los detuvo.

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