El ex presidente estatal del PRD, Ranferi Hernández Acevedo, fue calcinado dentro de su camioneta junto con su esposa, su suegra y su chofer la noche del sábado en la carretera Ahuacuotzingo-Chilapa, en la región Centro de Guerrero.

A las 17:30 horas, Hernández Acevedo salió de Ahuacuotzingo con rumbo a Chilapa, acompañado de su esposa, Lucía Hernández Dircio, su suegra Juana Dircio y su chofer.

Diez minutos antes de salir, avisó por mensaje a sus familiares que ya iba en camino, por lo que esperaban que llegara a más tardar a las siete de la noche, pero no ocurrió. Comenzó la preocupación, después la alerta e inició la búsqueda.

Los familiares avisaron a la policía de la ausencia del líder social y a las 11:30 de la noche llegó un reporte de una camioneta que se incendiaba sobre la carretera Ahuacuotzingo-Chilapa, a la altura de la comunidad de Nejapa, en Chilapa.

Los familiares y la policía descubrieron que en la cajuela estaban dos cuerpos y otros dos en los asientos, quemándose. Los parientes los reconocieron y decidieron llevárselos de regreso a Ahuacuotzingo, sin que los peritos hicieran las diligencias de ley, ni que los trasladaran al Servicio Médico Forense (Semefo) de Chilpancingo.

El líder estatal del PRD, Celestino Cesáreo Guzmán, repudió el crimen y criticó la inacción del gobierno del estado y la falta de coordinación para combatir la inseguridad.

El perredista pidió que se investigue el homicidio y que no se descarte el móvil político.

Crítico del gobierno. Ranferi Hernández es de los fundadores del PRD en Guerrero. Fue dirigente estatal en 1993 y 22 años después renunció al partido al no conseguir la candidatura a la alcaldía de Ahuacuotzingo. Desde entonces hacía labor política en favor de Andrés Manuel López Obrador para 2018.

En 1995 la masacre en el vado de Aguas Blancas, en el municipio de Coyuca de Benítez, en la Costa Grande, marcó la carrera política de Ranferi Hernández. Se convirtió en uno de los más críticos del entonces gobernador, Rubén Figueroa Alcocer, a quien se le responsabilizó como uno de los autores intelectuales de la muerte de 17 campesinos a manos de policías estatales. En ese tiempo, Hernández era diputado local y tras la caída de Figueroa siguió la exigencia de justicia con Ángel Aguirre Rivero, quien quedó en el cargo. Denunció que el gobierno de Aguirre Rivero lo hostigó hasta que prefirió exiliarse en Francia cuatro años.

En 2017 cuatro ex ediles perredistas y el secretario general del partido, Demetrio Saldívar, han sido asesinados. Además, un regidor y un ex diputado federal están desaparecidos.

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