En una semana, las autoridades mexicanas detuvieron a 925 migrantes en distintos eventos. Se trata de personas en su mayoría centroamericanas, quienes ahora enfrentan un proceso para determinar si son deportadas o deciden retornar a su país por voluntad.

El 1 de abril se aseguró en Chiapas a 338 migrantes; un día después a 500; el 3 de abril fueron detenidos 37 en Torreón, Coahuila, y al siguiente día fueron asegurados 50 en Chiapas.

También en una semana, el Instituto Nacional de Migración (INM) deportó a 194 migrantes caribeños, de Cuba y Haití.

El 27 de marzo fueron deportados a La Habana, Cuba, a bordo de un avión de la Policía Federal, 66 cubanos que al solicitar pase de salida fueron reconocidos por el consulado de su país en México y ello derivó en la deportación.

El 4 de abril, el Instituto de Migración deportó a 71 ciudadanos de Haití, y ayer a 57 personas más de nacionalidad cubana.

El presidente del Comité Ciudadano en Defensa de Naturalizados y Afromexicanos, Wilner Metelus, consideró que México responde a la presión de Estados Unidos al deportar, sobre todo, a ciudadanos de Haití, aun cuando aquella nación vive condiciones económicas y políticas muy complicadas.

“Yo creo que esas deportaciones tienen que ver con las presiones que recibe México del presidente Donald Trump, pero me parece que es una decisión equivocada y discriminatoria”, mencionó.

Metelus denunció que los haitianos deportados fueron engañados, toda vez que se les ofreció visa humanitaria pero ello no ocurrió.

De acuerdo con la Unidad de Política Migratoria, entre enero y febrero han sido devueltos a sus países de origen 13 mil 643 migrantes que ingresaron a México de manera irregular.

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