Durango.

Rosalío Gómez González, Chalío, sale solo a la sierra de Durango de cuatro a seis horas para recolectar alacranes como si levantara conchas en la playa; se dedica al viejo oficio de alacranero, como se les conoce en la región.

Estamos en Palos Colorados, en la parte baja de la sierra a 40 minutos de Durango. Los rayos del sol azotan como si estuvieran enfadados y alrededor no hay nadie que pudiera auxiliarnos si nos pica uno de estos arácnidos que la gente caza desde hace más de dos siglos. El alacranero camina entre árboles con la agilidad de un adolescente. Con el gancho mueve las piedras para buscar debajo. “Se esconden del sol, cuando salen más es cuando llueve”, explica Chalío, de 46 años.

Todos los días, el caza alacranes viaja de tres a cinco horas en bicicleta para llegar a la sierra. En un día bueno llega a recolectar hasta 200. Pero normalmente junta de 70 a 100.

Esta tarde, se queja, ha encontrado pocos. “Hay días que no se halla nada y hay otros en los que me va bien”, menciona. Si alcanza, al final del día acude al mercado Gómez Palacio, en el centro de Durango, y vende los animales en 2.5 pesos cada uno, pero lamenta que a veces le quieren pagar sólo un peso.

Hace años los alacraneros cazaban para el gobierno por necesidad, pero en décadas recientes lo hacen para los artesanos y para las personas que saben cocinarlos. Hasta abril de 2018, la Secretaría de Salud de Durango registró 564 víctimas por picaduras de alacrán.

Oficio antiguo

Hace 34 años, cuando era un chamaco de 12, Chalío comenzó a cazar alacranes allá en su pueblo de Jesús González Ortega, Pericos, a 2 mil 300 metros de altura, una comunidad de Durango donde actualmente viven menos de 200 personas.

Alacraneros, el viejo oficio que mantiene a cientos de familias en Durango
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Chalío a veces trabajaba de albañil, pero dice que si busca trabajo y no halla, pierde un día de buscar alacranes. “Mejor me voy a buscar porque vivo al día”. Del oficio de alacranero, aclara, le gustó porque le da para comer y vestir a sus cuatro hijos.

El alacranero es un oficio que data en el estado desde 1760. El cronista de la ciudad Javier Guerrero Romero señala que en ese año se tiene identificada una partida del ayuntamiento de Durango llamada “matanza de alacranes”, donde pagaba a los pobladores a cambio de que entregaran alacranes vivos. Es entonces que nacen los alacraneros, gente que se dedica a capturar estos animales para vendérselos al gobierno, porque desde aquellos años son considerados una plaga y un problema de salud.

Alacraneros, el viejo oficio que mantiene a cientos de familias en Durango
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Actividad no regulada

Chalío no para. Voltea las piedras con el gancho y encuentra una alacrana con sus crías. Después de más de 30 años, la vista del hombre es infalible. Toma el animal con las pinzas, lo sacude sobre la piedra y lo mete al bote y sigue. En esta zona los alacranes son pequeños. Más adentro de la sierra son más grandes, los cuales en el mercado se llegan a comprar hasta en 100 pesos. En Durango existen cuatro especies principales, Hudrudus Aztecus, Centruroide Vaejous, Centruroide Suffusus y Centruroide Noxius; este último también se halla en Nayarit y es el más venenoso del país.

Alacraneros, el viejo oficio que mantiene a cientos de familias en Durango
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El investigador explica que el alacrán no está protegido y por lo mismo no existe una regulación para su caza y recolección y reconoce que hay pocos arácnidos protegidos y los que están son normalmente tarántulas.

Chalío platica que hace años llegaba a rellenar todo el frasco, unos 300 alacranes llegaba a levantar en un día. De esos tiempos sólo tiene el recuerdo.

—¿Por qué cree que hay menos?

—Por el desempleo, la gente se dedica a esto porque no hay trabajo.

Sin embargo, nadie en Durango tiene un censo de alacraneros. No es una actividad regulada. La realidad es que cualquier duranguense se integra a este oficio, pues todavía aparecen animales en las casas.

El hombre correoso levanta otra piedra y encuentra dos arácnidos. Un macho y una hembra. “La alacrana es más gorda y el alacrán más delgado”, explica como especialista.

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