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Nora se acerca a la ventana de su casa, extiende sus brazos y grita con fuerza “¡A la mier... todo!”, liberando de esta forma toda la frustración acumulada en 12 años de matrimonio. Así es una de las escenas más álgidas de la obra Casa de muñecas, cuya trama vuelve a poner sobre la mesa la pregunta ¿qué tanto ha avanzado la lucha de las mujeres por la equidad de género?

“Es duro enfrentarse a este texto y darse cuenta que aún se gestan estas batallas que creímos ganadas, apenas estamos arañando un poco la conciencia de lo que son las violencias cotidianas normalizadas”, declaró la actriz Andrea Salmerón, quien da vida a Nora, la protagonista de este montaje.

Casa de muñecas es un texto escrito por Henrik Ibsen hace 138 años, en el que Nora, una mujer cuyo esposo no es capaz de verla como una adulta, se encuentra encerrada en casa cumpliendo sus deberes como esposa y madre, dejando su compromiso con ella misma.

Moisés Arizmendi, que interpreta a Trovaldo el marido controlador; explica que es sorprendente ver cómo hay ciertos roles que se siguen replicando, aún cuando el divorcio es algo común en la actualidad y ya no es un escándalo como hace 100 años, “de todos modos hablamos del rompimiento familiar y de la condición de la mujer”.

Salmerón explica que esta historia fue traída a la actualidad desde su traducción, hecha por Paulina Barros Reyes Retana, pero también en el trabajo de mesa que hicieron con el director Mauricio Jiménez, para que hubiera más conexión con el público.

“Es que también esta obra trata de cómo la sociedad actual nos impone una forma de ser, cómo los personajes luchan para ser lo que se espera de ellos, para que sean exitosos y tengan a la familia perfecta, que el éxito tiene que ver con un bienestar material, es esto lo que nos lleva a mentir y a vivir en un mundo de simulación”, dijo Andrea sobre esta obra que se estrenó este jueves en el Teatro Helénico.

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