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Tres personas encerradas en una cabaña, alejadas de la civilización y tecnología, se convierten en un reflejo de la sociedad cuando su lado más oscuro surge ante la necesidad de asomarse al exterior, es la trama de la obra La grieta, entre animales salvajes.

“Hay que ser valientes y enfrentarnos a lo que está afuera para poder disfrutar del mundo”, dijo Ericka Ramírez.

“Ya no salimos de nuestra casa, ahí tenemos nuestra propia cueva, ahí hacemos ejercicio, comemos, amamos, desde ahí trabajamos, el mundo se ha convertido en espacio hostil”, explicó la actriz.

Ella, junto a los actores Alejandro Herrera y Juan José Zerboni, ponen ante el público diversos cuestionamientos sobre la condición humana, como el saber qué tan salvaje puede ser y las razones de ser depredadores entre personas.

“Cualquiera de nosotros es capaz de hacer lo que sea, si nos encontramos en una situación extrema, al final es atreverse a encontrar ese lado y atraverse a mostrarlo”, declaró Alejandro Herrera.

Ericka explicó que una de los desafíos que deben superar con este texto, escrito por Gracia Morales y Juan Alberto Salvatierra, es que sus constantes saltos en el tiempo los obligan a ir de un estado emocional al otro en poco tiempo, sin que se pierda el ritmo y el sentido de la narración.

“El texto te va llevando pero tienes que ir encontrando la emoción que te está pidiendo la trama. Es muy satisfactorio como actor cuando recibes un muy buen libreto, donde no tienes que cambiarle nada, porque como está escrito pasa en escena”, señaló Herrera.

El martes pasado, La grieta arrancó su temporada en el Teatro NH, por lo cual tuvieron entre los asistentes y como padrinos a Mauricio Herrera, las productoras Olivia Ortiz de Pinedo y Jimena Saltiel, quienes junto al resto del público sufrieron y sonrieron con los toques de humor que hubo en esta historia.

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