aridiana.banos@eluniversal.com.mx

Su sonrisa contagiosa y buen humor se deja sentir mucho antes de que den tercera llamada en la obra La estética del crimen, donde Natalia Saltiel tiene una peculiar tarea: alternar el personaje del policía Pepe López con el actor Mario Alberto Monroy.

“Aquí soy swing, en teatro eso quiere decir que te aprendes más de un papel, en este caso me aprendo dos femeninos y uno masculino. Para trabajar a López platiqué con la directora Rina Rajlevsky, lo que propuse es que no fuera tan claro que (el personaje) sea mujer u hombre, sino hacerlo muy bobo, muy inocente y jovencito, como si fuera la primera vez que le toca salir a un caso (de asesinato) y no está para nada capacitado para resolverlo”, cuenta.

Este fue un gran desafío para Natalia, porque no sólo fue darle un giro a un personaje masculino, también es la primera vez que le toca ser swing y a pesar de que desde el principio le dijeron los personajes que tenía que cubrir, requiere de gran memoria e interpretación.

“En una obra como ésta me va hacer crecer mucho el hecho de estar cambiando, hacer que no se parezcan los personajes que interpreto es un reto”.

Cuando Natalia no está arriba del escenario no va a su camerino a relajarse, sino ve cada una de las funciones para posteriormente hacer las anotaciones correspondientes con el elenco, porque por primera vez también le confiaron el puesto de asistente de dirección.

“Estaba nerviosa al principio porque todos los que están aquí son unos monstruos, entonces llegar a dar notas a alguien que admiras es intimidante, pero la verdad son muy nobles y nos respetamos mutuamente”.

La actriz no es improvisada, en su haber hay obras como Romeo y Julieta, 12 princesas en pugna, Mary Poppins, Annie y Bule bule, que le han dado la experiencia necesaria para desempeñar varias actividades en un solo proyecto.

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses