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¡Tercera llamada, tercera!, se escuchó en el escenario del Auditorio Nacional antes de que se apagaran las luces. Para entonces, la Orquesta del Teatro de Bellas Artes tenía los instrumentos listos para acompañar a los bailarines de la Compañía Nacional de Danza.

Este año se situó el ballet de El cascanueces en la Rusia de finales del siglo XIX. Con una escenografía de 240 metros cuadrados, cada elemento del ballet y de la orquesta hizo su propia magia y el resultado fue una audiencia cautiva, alegre y atenta que aplaudía cada giro y melodía de Chaikovski.

La coreografía corrió a cargo de Nina Novak, basada en la original de Lev Ivanov; el vestuario fue diseñado por María y Tolita Figueroa. En las prendas se utilizaron 7 mil 200 piedras Swarovski.

Al finalizar la puesta, la gente despidió al elenco con un gran aplauso que fue, para ellos, la bienvenida a una temporada de 14 funciones del 15 al 23 de diciembre.

Este año el ballet reúne a más de 150 artistas en escena, entre bailarines e integrantes de la orquesta, dirigida por Srba Dinic.

Del 15 al 17, y del 21 al 23 de diciembre habrá funciones a las 17:00 y 20:00 horas, mientras que el 19 y 20 de diciembre serán a las 20:00 horas.

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