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Para Alejandra Ambrosi es muy conmovedor formar parte de una obra como El bien del país, porque se muestra cómo cambia la vida de un grupo de convictos cuando montan la primera obra de teatro representada en Sídney en 1788.

“Hay un momento en la obra, donde los personajes están viviendo una situación extrema, casi de vida y muerte, y los salva el teatro. Gracias a la experiencia de interpretar un personaje y de aprenderse unas líneas su vida cobra sentido, valor”.

En esta obra hay 10 actores en escena, pero cada uno representa entre dos o tres personajes, lo que hace para Ambrosi un ejercicio actoral interesante porque va de una reclusa tímida e insegura, hasta una mujer que puede hacer cualquier cosa por un pan.

“Es un montaje que requiere de mucha energía por parte del actor, y al mismo tiempo es divertida porque los personajes, que son los actores dentro de la obra, son la escoria de la sociedad, no saben leer, escribir, mucho menos actuar, entonces aunque el director trata de dirigirlos no puede, porque lo interrumpen, entran a escena cuando no deben; se vuelve cómico para el espectador”.

Ambrosi considera que El bien del país es una buena opción para tener un primer acercamiento al teatro, porque entre las cosas que invita a reflexionar, es la importancia del arte y la cultura en la sociedad. “Siembra una serie de valores fundamentales que nos permiten vivir juntos, como la empatía, que es ponerse en los zapatos del otro, y todos los presidiarios están aprendiendo a hacer precisamente eso, enseñanza que el espectador se lleva al final de la función”, indica.

El 29 y 30 de septiembre Elbien del país se presentará en el Foro Shakespeare.

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