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Apenas el mes pasado Gustavo Santaolalla cumplió 67 años, y la energía y ganas de seguir trabajando, dice, siguen tan intactas como en su juventud, aunque con una visión mucho más amplia de las cosas.

En entrevista, el músico dice que agradece los reconocimientos que su carrera le ha dado y agrega que el paso de los años lo han llevado a ver las cosas bajo una óptica diferente.

“Yo siento que en el desandar hay un poco del desaprender. Cuando nacemos y somos bebés siento que tenemos una conexión con eso, de dónde venimos, y en ese proceso de aprender nos olvidamos de otras cosas porque tenemos que adaptarnos a nuestra realidad pero llega un momento en la vida que siento que para seguir es necesario desaprender, resetear. Yo creo que una persona como yo, que siempre está mirando hacia adelante, que siempre quiere desafíos nuevos y al que no le gusta quedarse en su zona de confort, no mira hacia atrás”.

Santaolalla, quien se presentará mañana en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris con el show Desandando el camino, comenta que en un momento de su vida necesitó darse un tiempo para ver la evolución de su vida y comprender su misión.

“En un momento dado sentí la necesidad de apretar el botón de pausa, cosa que nunca había hecho antes, quizás por motivos personales o por motivos de la edad, y sentí esa necesidad de mirar un poco cómo es que llegué hasta acá y descubrí una atemporalidad en las canciones y en la música, hasta una modernidad, lo mismo con las letras; los paradigmas que me acompañaban en aquel momento son los mismos que sigo teniendo ahora y son los que tienen que ver con la vida y la muerte, cómo somos, de dónde venimos, la desilusión. Hablar de esas cosas hoy en día lo puedo hacer de una manera que no pude a los 30 años”.

Aun cuando posee dos premios Oscar, dos BAFTA y un Globo de oro, entre muchos otros, el productor argentino dice agradecer los premios que han llegado hasta sus manos, sin embargo, está consiente de que son el resultado del trabajo y no el fin con el que lo hace. Eso sí, admite que haber ganado dos premios de la Academia de alguna manera le sirvió para tomarse las cosas con más calma.

“Los premios son un reconocimiento que valoro, siempre y cuando esté uno consiente de que el premio se lo dan al trabajo, no a uno. A veces los artistas se confunden y se creen que el premio se lo dan a ellos y resulta después en actitudes necias que creen están asociadas con el éxito, yo no lo vivo de esa manera. Esos reconocimientos llegaron a mi vida cuando yo tenía un cierto camino recorrido, entonces lo tomé de otra manera, pero no es que después del Oscar piense ¿y ahora qué me gano? Nunca pensé mi trabajo en término de los premios a ganar”.

Además de trabajar en el próximo álbum de Bajofondo y un tributo a Jorge González, explicó que aún con un poco de demora el musical inspirado en El laberinto del Fauno es algo que va sobre ruedas.

“Eso está de momento un poco parado porque Guillermo, así como hago yo mil cosas, él hace tres mil”.

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