Muchos colores y texturas, pero pocas audacias en la alfombra roja de los American Music Awards, que se realizó anoche en Los Ángeles.

Desde las 18:00 horas las celebridades comenzaron a llegar al Microsoft Theater, con canutillos y lentejuelas, y el color negro predominando en el encarpetado.

Selena Gomez llegó robando miradas, no sólo porque viene de una convalescencia tras un trasplante de riñón, sino por el radical cambio de look de la cantante, que ahora es rubia. A la gala llegó sin Justin Bieber, con quien parece haberse reconciliado y quien la acompañó a la misma gala hace seis años.

Demi Lovato también fue el centro de las miradas por el escote y el drapeado de su vestido que permitía ver sus curvas, en tanto Pink pasó de un vestido strapless rojo en capas en la alfombra a un body negro durante su actuación sobre las ventanas de un edificio, colando de un arnés.

La actriz y presentadora Jenna Dewan Tatum no se quedó atrás con su vestido transparente en escote halter sobre el que cayeron los flashes de las cámaras.

Los caballeros se decantaron por el negro y los sacos.

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