Un héroe contemporáneo es aquel que supera las crueles circunstancias de la vida real, como los peligros de la migración, considera el director italiano Matteo Garrone, quien por plasmar esta idea en el cine ha conseguido una nominación al Oscar.
El cineasta ha sido ganador dos veces del Gran Premio del Jurado en el Festival Internacional de Cine de Cannes y tres veces en el Festival Internacional de Cine de Venecia, gracias a cintas como Ospiti (1998) y Tale of tales (2014).
Pero más allá del mundo idílico de las premiaciones, no olvida cuando en Italia veía llegar los barcos con inmigrantes procedentes Rumania, Albania y Marruecos.
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A diferencia de lo que considera ocurre en Latinoamérica, el cree que la visión europea de este fenómeno es todavía más indiferente: “Solíamos ver siempre la imagen de barcos que llegaban a Sicilia, pero nunca vemos lo que hay detrás”, señala Garrone en entrevista.
Esa curiosidad lo llevó a acercarse a migrantes que viven en Europa para que le contaran sus relatos. Uno de ellos fue Mamadou Kouassi, un hombre marfileño que tardó tres años en llegar a Italia, donde hoy asesora a otros como él.
Kouassi fue la inspiración para la historia de Garrone sobre Seydou y Moussa, dos adolescentes senegales que salen de su casa en Dakar con el sueño de llegar a Italia.
“Intenté dar forma visual a la parte del viaje que no vemos. Eso es lo que nos impulsó: mostrar a la audiencia detalles de lo que normalmente no se ve. A veces sabemos que hay gente que está muriendo en el desierto, es torturada en Libia o muere en el mar Mediterráneo, pero no lo vemos”, lamenta.
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Yo capitán, que se estrena en cines el 7 de marzo, muestra la cercana relación de amigos y primos que tienen los dos jóvenes y que impulsa el sueño de hacerse cómplices en un viaje que, por su naturaleza propia, cruda y real, les va arrebatando las ilusiones.
“Pensé que era importante mostrar finalmente esta historia desde su punto de vista. De este héroe contemporáneo, por eso filmamos esta película junto con ellos, con migrantes reales, me ayudaron a recrear la aventura y he sido una especie de intermediario, puse mi experiencia al servicio de las personas que normalmente no tienen voz”.
Un camión de contrabandistas, una dura caminata en el desierto, la persecución en Libia y finalmente el mar Mediterráneo en el que juntos tienen que liderar una misión inhumana, son parte de la trama.
“(Los migrantes) Son muy valientes. Van en el barco sin saber nadar. Caminan por el desierto bajo el sol, son torturados y, si tienen suerte de sobrevivir, deberíamos aplaudir cuando logren llegar, no encarcelarlos”, pide el cineasta.
“Un niño condujo un barco y salvó la vida de 250 personas, después de que su capitán fue a la cárcel por ser traficante de personas. Aún así a veces encarcelamos al héroe”.
Agradece nominación
Más allá del honor que Garrone sabe que significa haber sido seleccionado por la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas en la categoría de Mejor película internacional, él destaca la proyección a nivel mundial que le dará: “El mensaje es más importante ahora y eso es lo más valioso”, dice.
Además, el director se siente orgulloso de que la película también se va a proyectar en 20 países de África, lugar de donde provienen los actores protagonistas y los personajes en la producción.
Su intención es mostrar que los inmigrantes de cualquier latitud (como ocurre en México con migrates haitianos) no es gente que huye, sino personas con sueños de superación; también advertir a los niños y jóvenes, para quienes ofrecerá funciones escolares, del peligro de emigrar.
“No creo que pueda detenerlos porque las ganas de descubrir el mundo y buscar una vida mejor es más fuerte que cualquier película, pero serán conscientes del peligro”, expresa Garrone.
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