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Mayo tiene un sabor agridulce para Sergio Ochoa, porque el 22 de mayo se cumplen dos años de la partida de su madre Leonorilda Ochoa y esas celebraciones por el Día de las Madres, con risas y comilonas, no podrán darse más.

“Siempre ibamos a comer a restaurantes, a ella le gustaba su casa pero prefería estar afuera, ser sociable, creo que era por el hecho de sentirse querida y apapachada por la gente. También le festejaba el Día del Padre, porque entendí que era papá y mamá a la vez, ella me enseñó a andar en bici, jugaba futbol y luchitas”.

Los últimos 10 años de su vida la comediante fue perdiendo la batalla ante el Alzheimer, haciendo que sus recuerdos se fueran poco a poco, pero Sergio puede acordarse perfectamente como era ella.

“Fue una madre cariñosa, protectora, que daba todo por nosotros, echada hacia adelante, que no pensaba tanto en los problemas, aunque después me di cuenta que tenía muchos, era una persona divertida que amaba profundamente su carrera”.

Tan grande era su gusto por la actuación, que a mediados de los 80 tuvo una mala racha cuando nadie la llamaba para trabajar, esto la llevó a deprimirse, hasta que le ofrecieron una gira con la obra Hay una rubia en mi clóset y su rostro volvió a brillar, contó Sergio.

“Tuve la fortuna de ir de gira con ella y pude ver su sonrisa al subirse al camión, al llegar al teatro y al salir al escenario, su alegría de estar ahí”.

Para Sergio hubo un personaje que la marcó positivamente, La Pecas del programa Los Beverly de Peralvillo, un papel que la conectó con la gente a tal grado que en verdad creían que ella y Guillermo Rivas El Borras eran pareja y él era el papá de su hermana Paola y de él, algo que lo diviertía porque el actor era buen amigo de la familia.

El actor explica que Leonorilda era una mamá adelantada a su época, porque la represión o los regaños no estaban presentes en su educación.

Después de vivir el ocaso de Leonorilda y el duro golpe de su muerte en 2016, Sergio sacó lo bueno de esta experiencia con la puesta El cuidador, con la que festejará a las madres hoy en el Teatro Ofelia.

“Hoy la pienso pero la he dejado de soñar, cuando estaba con la enfermedad la soñaba diario, porque pensaba que se iba a morir o estaba sufriendo, ahora me imagino que está tranquila, volando libre y yo recordándola con cariño”.

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