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“¡Haga como Spider-Man!”, gritó una voz dirigida a Stan Lee, en un pequeño salón del Centro de Convenciones de Querétaro.

El artista sonrió. Se acomodó en el sillón rojo en el que estaba, levantó el brazo y con su palma extendida estiró únicamente los dedos meñique, índice y pulgar, mientras con los otros fingía apretar y soltar la teleraña.

Efectivamente, como si fuera Spider-Man.

Era mayo de 2017 y el creativo asistió a una de sus últimas visitas internacionales, eligiendo la Conque, Convención de Cómics en la ciudad de Querétaro.

Ahí, una chica le pidió que fuera su abuelo y Stan sonrió; otra le preguntó cuál sería un héroe necesario para el México actual y fue testigo de honor de una petición de matrimonio en pleno escenario.

Stanley Martin Lieber no siempre la tuvo fácil como parecería. Cuando creó Spider-Man, su publicista le comentó que eso no funcionaría.

“Dijo que a nadie le interesaría un hombre escalando paredes, aun así lo saqué, fue un éxito y llegó luego conmigo para decirme lo bueno que había decidido hacer el personaje”, recordó.

Stan tenía 18 años cuando ingresó a la editorial que se convertiría en Marvel. Nadie pensaba que daría luz a más de 200 personajes (60 súper héroes y 179 villanos), luego de que en 1941 debutara como escritor en unas páginas de otro cómic, Capitán América.

“Yo escribía la historia original, ellos la dibujaban y luego yo la editaba y hacía la dirección de arte. Así que todo lo que he hecho siempre ha sido una colaboración”, dijo Lee aquella vez.

Sus cifras impactan: 2 mil millones de historietas se calcula ha vendido Marvel en todo el mundo, desde su creación, siendo difundidas en 25 idiomas y diseminadas en 75 países.

Su fuerza hizo que la editorial le pagara 1 millón de dólares anualmente, con la obligación de asesorar creativamente y apoyar con su presencia al cómic. Por eso se le vio tan activo durante la útlima etapa de su vida con conferencias y shows.

De acuerdo con la revista People, su fortuna oscilaba en 145 millones de dólares, algo que siempre negó.

Legado. Stan Lee murió. Pero para recordarlo bastará verlo en los más de 40 cameos hechos en películas y series de televisión desde 1989, cuando fue jurado en el episodio televisivo El juicio del increíble Hulk, para mostrar que su jovialidad podía aportar algo a los proyectos que le daban vida a los cómics.

“Tal vez no me crean, pero cuando camino en las calles, en Los Ángeles, las multitudes no me gritan y en un restaurante no me echan porras, así que quizá me vaya a mudar aquí, donde la gente me echa porras por todo”, bromeó Stan cuando estuvo en Querétaro, en donde efectivamente sus fans hicieron todo lo posible por estar cerca de él, conseguir entrar a su presentación y hasta hacerse de un autógrafo.

“Excelsior”, la palabra con que siempre se despedía en sus presentaciones y que significa hacia arriba y adelante, quedará en todos quienes lo siguieron tanto en vivo como a través de sus creaciones.

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