Cuando en 2014 Angelina Jolie anunció que su tercer largometraje la volvería a reunir frente a las cámaras junto a su entonces aún marido, Brad Pitt, para dar vida a una pareja en crisis que se traslada a un hotel de la costa francesa mientras su relación se derrumba, muchos de sus allegados les advirtieron a ambos de los peligros que podría entrañar "abrir esa puerta" y sacar a la luz sus propios problemas maritales.

Aunque en su momento ellos hicieran oídos a esos consejos y se mudaron a Malta junto a sus seis hijos para arrancar con el proyecto de " By the sea ", dos años después protagonizaron una de las separaciones más impactantes de Hollywood debido, según explica ahora la actriz en una nueva entrevista, a un desgaste emocional que comenzó precisamente durante aquel rodaje.

"Nos habíamos conocido trabajando juntos y la verdad es que trabajábamos muy bien como equipo... Y quería que colaboráramos juntos en algo serio. Me pareció que sería una manera muy buena de que nos comunicáramos. En cierto lo modo lo fue, de alguna manera aprendimos cosas nuevas. Pero había una especie de sensación de pesadez durante aquella situación que continuó existiendo, y que no tenía nada que ver con la película", reveló la intérprete en una entrevista al podcast 'Awards Chatter' del portal The Hollywood Reporter.

Sin embargo, la también cineasta no cree que fuera esa película la que dio pie a la progresiva fractura de su amor, sino que simplemente sacó a la luz algo que ya estaba allí.

"Se trataba de algo con lo que ya estábamos lidiando... las cosas pasan por una razón. ¿Por qué escribes una obra determinada? ¿Por qué nos sentimos de esas manera mientras la rodábamos? No estoy segura".

En su caso, desde que conociera a Brad Pitt en el rodaje de "Señor y Señora Smith" en 2005, Angelina enfrentó una serie de duros golpes emocionales que cambiaron completamente su percepción de la vida.

"En el espacio de una década, perdí a mi madre. Me tuve que someter a una mastectomía doble, y después tuve un susto con un posible cáncer de ovarios y me tuve que someter a otra cirugía. Todo ello se sumaba a otras cosas que van sucediendo en la vida", asegura sobre su dura experiencia, que en parte volcó en su trabajo como directora del que no se arrepiente lo más mínimo. "Una pieza de arte puede resultar sanadora o algo que te cuesta afrontar. No sé. Yo me alegro de que lo hiciéramos juntos porque exploramos algo nuevo. Da igual lo que fuera; y puede que no resolviéramos ciertos temas, pero sí comunicamos el uno al otro algo que debíamos compartir", concluye.

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